El pasado domingo 8 de enero de 2017, una cruz de la catedral de dos toneladas de peso cayó durante una intervención. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
La Arquidiócesis de Guayaquil carecía de los permisos municipales para realizar los trabajos de remodelación de la Catedral Metropolitana de Guayaquil en el momento en que una cruz de hierro, de más de dos toneladas de peso, fue soltada por un helicóptero y cayó estrepitosamente entre el templo y la curia la tarde del pasado domingo 8 de enero de 2017.
José Miguel Rubio, director de Urbanismo del Municipio de Guayaquil, informó que las obras se realizaron incumpliendo la Ordenanza de Edificaciones, pues la Iglesia nunca diligenció la obtención del respectivo Registro de Construcción, un requisito obligatorio para remodelar edificaciones de la ciudad.
La Arquidiócesis considera la movilización de la cruz como parte de trabajos de mantenimiento más que de remodelación propiamente dicha. Según Rómulo Aguilar, rector de la Catedral, el problema con la edificación tras el terremoto del pasado 16 de abril no es de carácter estructural, sino de desprendimiento de mampostería, molduras y bajos relieves.
“Al final la intervención de un elemento estructural, físico, sea de una pared o de mampostería, llámense labores de mantenimiento, requiere de un tramite municipal que se llama remodelación (…) La Arquidiócesis tenían que presentar un plan de intervención (tras el terremoto) y tampoco lo ha hecho”, indicó Rubio.
La Comisaría Quinta Municipal ya había realizado una inspección y abierto un expediente “por trabajos no autorizados” y por el desprendimiento de mampostería que hirió a un ciudadano a las afueras del templo, en noviembre pasado, agregó Rubio.“Hablar de multas o sanciones tampoco es la idea.
Por suerte no hubo heridos que lamentar. Estamos predispuestos a la coordinación para que se puedan obtener las autorizaciones y tomar las respectivas medidas de seguridad”.
La curia suspendió por el momento los trabajos y desistió de desmontar la otra cruz y la imagen del Cristo Rey, de otras dos de las torres.
La Regional 5 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), informó a través de un comunicado, que recomendó a la Arquidiócesis realizar el apuntalamiento o reforzamiento emergente de las cuatro columnas del baldaquino (ubicada en el interior del templo, detrás del altar mayor). El altar está cercado por andamios y una tolda verde, tras la caída de cuatro columnas provocada por el sismo del 16 de abril.
El INPC también recomendó preparar una propuesta para el desmontaje de las tres decoraciones esquinadas en las torres, “que no incluía remover las cruces de la iglesia”.
Según la Resolución 0004, emitida por el Consejo Nacional de Competencias (CNC), a partir de junio de 2015, los municipios asumieron las competencias de patrimonio cultural local. Pero el Municipio porteño carece de un departamento que se encargue del Patrimonio de la ciudad.
El padre Rómulo Aguilar pidió ayuda de los organismos municipales y del Gobierno central para enfrentar el mantenimiento de la Catedral Patrimonial de Guayaquil, pues la curia carece del presupuesto de más USD 3 millones que se requiere para la intervención.
Tras el terremoto, técnicos extranjeros y un equipo municipal inspeccionaron la construcción y fue la Arquidiócesis la que se comprometió a ejecutar las obras correctivas en el templo, una construcción de estilo neogótico cuya nave central se inauguró en 1949, según datos del INPC.
Tras la caída de la cruz desde más de 50 metros de altura, producto de una supuesta descompensación por el viento y el mal clima que obligó al piloto del helicóptero a soltar la carga, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) dispuso el inicio de una investigación. “La Junta Investigadora de Accidentes ya ha sido activada y se emitirá el informe respectivo”, informó la DGAC en un comunicado.