Entre un 30 y un 40% de los abusos sexuales cometidos por representantes de la Iglesia católica fueron con penetración, según un estudio de tres universidades españolas, que incide en la “doble victimización” que han padecido estas personas al no haberles sido reconocido su sufrimiento.
Las conclusiones de la investigación fueron presentadas este lunes 28 de junio del 2021 por expertos de la Universidad Abierta de Cataluña, la Universidad de Barcelona y la Universidad del País Vasco (UPV) en la jornada Abusos sexuales de menores en instituciones religiosas: respuestas restaurativas desde la victimología.
El trabajo fue desarrollado entre 2018 y 2021 por un grupo de profesionales del ámbito de la victimología que ha contado con financiación del Ministerio español de Ciencia e Innovación y fondos europeos.
Josep María Tamarit, de la Universidad Abierta de Barcelona, indicó que en Estados Unidos, Alemania, Australia, Países Bajos o Bélgica se han hecho estudios de este tipo, incluso algunos dentro de la propia Iglesia, pero “lamentablemente” en España “no ha tenido ese interés”, por lo que los investigadores han tenido “limitaciones importantes”.
La profesora de victimología de la Universidad de Barcelona Noemí Pereda apuntó que este centro ha entrevistado a 40 víctimas. La mayoría de los abusados fueron “niños” con episodios “que se produjeron en más de una ocasión durante largos periodos de tiempo” y de carácter grave, comentó.
De hecho, entre un 30% y un 40% fueron con penetración, por lo tanto “esa falsa creencia” de que estos abusos fueron “menos graves no es cierta”, subrayó.
El estudio evalúa las consecuencias psicológicas, así como el “daño espiritual” generado, por lo que las víctimas requieren de una “reparación espiritual” que debería asumir la Iglesia “como causante del daño”.
Las denuncias se presentan en la edad adulta, pero la mayoría de las víctimas no lo hace. Así, los 220 casos admitidos por las autoridades eclesiásticas españolas serán “muchos más”, según Pereda, quien subrayó que “no se puede calcular” la cantidad real “si no es con un estudio que pregunte a la totalidad de la población”.
Pereda remarcó que la investigación no contó con “ninguna ayuda por parte de la Iglesia, aunque se le solicitó”.
La doctora del Instituto Vasco de Criminología Gemma Varona recordó, por su parte, que, ante las peticiones de la UPV para la apertura de los archivos eclesiásticos, la Iglesia contestó con el silencio.
La UPV consiguió alrededor de 60 testimonios de víctimas en la región española del País Vasco (norte), ninguna de las cuales está satisfecha, no solo con la falta de respuesta de las autoridades eclesiásticas, sino con la ofrecida por las instituciones públicas y la sociedad.
“Sí están agradecidas a la labor de los medios, que han dado un vuelco en este tema”, resaltó.
Mientras que en otros países se han dado “respuestas más o menos satisfactorias” a las víctimas, España se ha centrado en la prevención, pero “no se puede mirar al futuro sin investigar lo que pasó”, advirtió.