Las elecciones presidenciales de Brasil, que se decidirán en segunda vuelta el 31 de octubre, reiteran la confrontación entre las dos fuerzas que dominan la política nacional desde 1994. Pero la sorprendente votación de la candidata verde, Marina Silva, apunta al agotamiento de esa dicotomía.Los primeros análisis de la primera vuelta del domingo destacan que los cerca de 20 millones de votos obtenidos por Silva, ex cauchera mestiza de 52 años y ex ministra de Ambiente (2003- 2008), equivalentes a 19,3% del total de sufragios válidos, se debieron al conservadurismo religioso del electorado, tanto de evangélicos como de católicos.
Silva, de la evangélica iglesia Asamblea de Dios, duplicó la votación que le adjudicaban las encuestas hace un mes. Su crecimiento de las últimas semanas es atribuido a la migración de adhesiones de Dilma Rousseff, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que los habría perdido por su ambigua posición ante la despenalización del aborto y la religión. Rousseff, cuyo favoritismo en las encuestas de los dos últimos meses parecía asegurarle una mayoría absoluta el domingo, terminó con 46,9% de los votos válidos, mientras su principal adversario, José Serra, del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), obtuvo 32,6 %.
También contribuyó a la corrosión de la candidatura oficialista el escándalo de nepotismo y tráfico de influencias que involucra a la ex jefa de la Casa Civil de la Presidencia, Erenice Guerra, quien sucedió en ese cargo a Rousseff y era una de sus asistentes de confianza. Guerra fue obligada a renunciar el 16 de septiembre.
Pero las principales razones del crecimiento electoral de Silva fueron sus posiciones “progresistas” y no las conservadoras, según Fátima Pacheco Jordão, analista de opinión pública de la feminista Agência Patrícia Galvão.
La candidata del Partido Verde representó “lo nuevo” en estas elecciones, al imponer la cuestión de la sustentabilidad ambiental en la disputa presidencial y ofrecer “una seguridad ética”, especialmente al electorado femenino, después de tantos escándalos de corrupción, evaluó Jordão. Incluso en la cuestión del aborto, Silva tuvo la iniciativa más avanzada, al proponer un plebiscito sobre la despenalización de la interrupción del embarazo, mientras Rousseff se declaró en contra, negando su posición anterior, y Serra pretendió “dejar como está la legislación”.
Los resultados definitivos, divulgados por el Tribunal Electoral ayer, representan una ‘alerta’ a las fuerzas políticas dominantes de que la sociedad busca “algo nuevo, distinto” de la disputa bipolar entre PT y PSDB que monopolizó las cuatro últimas elecciones presidenciales, subrayó Jorge Nahas, secretario de Políticas Sociales de la alcaldía de Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, en el este del país.
Según el consultor David Fleischer, profesor de la Universidad de Brasilia, la tendencia lógica es que Dilma Rousseff gane: “tiene mucha ventaja, las encuestas para la segunda vuelta siempre auguraron su victoria y es lo que ocurrió en todas las elecciones presidenciales anteriores, pero eso no significa que esté decidido, así que podemos esperar una campaña muy disputada”.
Serra y Rousseff tendrán que pelear por los casi 20 millones de votos que deja la ambientalista Marina Silva. “Si la candidata del Partido Verde apoya abiertamente a Serra, le ayudará, pero si se mantiene neutra, su voto se divide entre ambos”, cree Fleischer.
En definitiva, el presidente Lula tendrá que empeñarse mucho para conseguir transferir su popularidad récord a su candidata, 62 años que fue la ex todopoderosa ministra jefe de su gobierno.
Famosos elegidos
Francisco Oliveira. El dato de humor de la jornada fue la elección a la Cámara de Diputados del polémico humorista más conocido como el payaso Tiririca, quien obtuvo casi 1,2 millones de votos que lo convirtieron en el diputado federal más votado del país.
Romario. El ex delantero, líder de la selección brasileña en la conquista del ‘tetracampeonato’ en el Mundial de fútbol de EE.UU de 1994, logró la diputación federal por el Partido Socialista. Recibió casi 150 000 sufragios y quedó sexto entre los más votados.
Bebeto. El ex jugador, que fue dupla con Romario en la selección, estuvo a punto de quedar excluido de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, al recibir menos de 30 000 votos. Sin embargo, logró salir elegido como diputado provincial de Río.