El vuelo ET343 salió de Jartum, la capital de Sudán, y tenía como destino la ciudad de Adís Abeba, en Etiopía. Pero el avión no aterrizó como estaba planeado, ya que los pilotos se quedaron dormidos y se pasaron de la ciudad a la que debían llegar.
El control de tráfico aéreo se percató de la situación cuando vieron que la aeronave se pasó del radar. Trataron de comunicarse con los aeronautas, pero ninguno atendió al llamado.
Al parecer, solo cuando el piloto automático se desconectó y empezó a sonar la alarma, los hombres se despertaron. Ahí, el control de tráfico observó en el radar que el avión estaba dando vuelta para proceder al aterrizaje.
Según el reporte del sitio web ‘The Aviation Herald’, el Boeing 737-800 volaba sobre una altura de 37 mil pies, es decir 11 277 metros, al momento en el que a ambos pilotos les cogió el sueño. 25 minutos después del incidente, la aeronave retomó la ruta y aterrizó sin problemas.
Dado lo sucedido, la aerolínea informó que “se tomarán las medidas correctivas apropiadas en función del resultado de la investigación”, y destacó que “la seguridad siempre ha sido y seguirá siendo nuestra primera prioridad”.
Por ahora, ni los aeronautas ni la tripulación se han pronunciado al respecto. Por tanto, la empresa informó que ambos pilotos serán suspendidos mientras se realizan las respectivas investigaciones para entender lo sucedido.
¿Qué pudo haber pasado?
Según Alex Macheras, analista de aviación, los pilotos sufrieron ‘fatiga del sueño’. Esta situación, según comentó, no es nueva porque ya ha pasado en ocasiones anteriores. Sin embargo, es una situación que sigue “representando una de las amenazas más importantes para la seguridad aérea a nivel internacional”, aseguró en un tuit.
El pasado mes de abril ocurrió un caso similar. En esa oportunidad, los aeronautas de un vuelo de la aerolínea ITA Airways, que salió de Nueva York (Estados Unidos) y debía llegar a Roma (Italia), se quedaron dormidos durante más de 10 minutos mientras sobrevolaban el espacio aéreo francés.
En ese momento, se desató una alerta máxima por terrorismo, ya que se pensó que el vuelo había sido secuestrado, pues los pilotos no respondían a ningún llamado.