El papa Paulo VI será proclamado beato el 19 de octubre próximo, como paso previo a su canonización, después que los cardenales y obispos del dicasterio para las Causas de los Santos confirmaron el milagro atribuido a su intercesión.
Se trata, según informaron fuentes vaticanas, de la curación inexplicable de un bebé en el vientre de su madre.
Paulo VI será beatificado el 19 de octubre próximo tras la conclusión del Sínodo de Obispos, órgano instituido durante su pontificado.
El prefecto para la Congregación de la Causas de los Santos, cardenal Angelo Amato, deberá ahora encontrarse con el Papa para la promulgación del decreto.
A pocos días de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, otro Pontífice de las últimas décadas, el continuador del Concilio, está por asumir el honor de los altares por decisión del Papa Francisco.
Paulo VI, cuyo nombre era Giovanni Battista Enrico Antonio Maria Montini, fue el papa 262 de la Iglesia Católica. Ejerció su Pontificado desde el 21 de junio de 1963 hasta su muerte, el 6 de agosto de 1978.
El calendario para la beatificación de Paulo VI está ya en gran parte establecido: es esperada para el 19 de octubre, al término del Sínodo de los Obispos, como ulterior reconocimiento por el Papa que lo ha instituido, mientras la sucesiva fase de proclamación de la santidad -también aquí por voluntad de Jorge Bergoglio- debería decidirse en un tiempo breve. Incluso, ya se prevé que la canonización podría realizarse en junio del 2015.
Fue Benedicto XVI quien reconoció las “virtudes heroicas” de Paulo VI el 20 de diciembre del 2012. En aquel momento servía el reconocimiento de un milagro para sancionar la beatificación, un impulso que tuvo una posterior aceleración con el pontificado de Francisco.
El evento tomado en examen, propuesto por el postulador padre Antonio Marrazzo, fue la curación ocurrida en Estados Unidos en el 2001 de un feto que, en el quinto mes de embarazo, se hallaba en condiciones críticas por la ruptura de la vejiga fetal, la presencia de líquido en el abdomen y la ausencia de líquido en el saco amniótico.
Los médicos habían afirmado que el feto no tenía posibilidades de sobrevivir y, en todo caso, nacería con graves malformaciones. Incluso, habían aconsejado a la madre la interrupción del embarazo.
La madre sin embargo rechazó practicarse un aborto y, a sugerencia de una monja italiana que había conocido, rezó y pidió por la intercesión de Paulo VI.
Sucesivos análisis mostraron una mejoría de la situación y el nacimiento del niño ocurrió en el octavo mes de embarazo por cesárea. El bebé nació en buenas condiciones generales.
La salud del niño, hoy ya un adolescente, fue monitoreada en forma constante.
El 12 de diciembre pasado, la consulta médica del dicasterio para las Causas de los Santos, certificó lo inexplicable de la curación. El 18 de febrero, los teólogos de la Congregación reconocieron la intercesión de Paulo VI. Hoy, llegó la confirmación definitiva por parte de los cardenales y obispos.