El papa Francisco afirmó tener “sufrimientos” como un “hombre cualquiera“, con una vida con “tantas cosas buenas como malas”.
El pontífice razonó así durante un encuentro privado mantenido ayer, 19 de enero, en Roma con cien refugiados en la parroquia salesiana del Sagrado Corazón de Jesús en Roma, cita cuyo contenido ha transcendido hoy a los medios de comunicación italianos.
“Cada uno de nosotros tiene su propia historia. Cuando yo pienso en la mía, veo muchas cosas buenas y muchas cosas malas”, comentó este domingo, Día Internacional del Migrante.
El papa Bergoglio confesó a cinco personas en la iglesia, entre ellas a un refugiado y a un mendigo de entre los más de cien con los que mantuvo un encuentro privado en una sala de oración contigua a la basílica.
Francisco instó a estas personas, cuya nacionalidad no ha transcendido, a “compartir las cosas buenas” cuando se encuentren “en familia” y a contar además cómo han “salido de las cosas malas”.
“Compartid también la fe que habéis recibido de vuestros padres, que siempre os ayudará a seguir adelante. Los que son cristianos, con la Biblia, y los que son musulmanes, con el Corán”, dijo.
Francisco finalizó la visita a los refugiados agradeciéndoles la acogida, tras afirmar que entre ellos se sintió “como en casa”.
“Puedo hacer visitas educadas y de protocolo, pero no hay este calor”, dijo a los refugiados.