El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, en sus primeros 100 días al frente del gobierno, no logró frenar las muertes violentas en el país, una de las principales promesas hechas durante su campaña política. Honduras continúa figurando como el país con la tasa de homicidios más alta del mundo, casi 12 veces el promedio mundial (6,9 homicidios) y ocho veces mayor de la tasa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza para definir el “estado de epidemia”.
De acuerdo con el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en 2013 la tasa de homicidios fue de 83 por cada 100 mil habitantes, se registraron 109 masacres y 6.757 homicidios (un promedio de 563 al mes y 19 al día).
Esas cifras contrastaron con las de la policía hondureña que aseguró que la tasa de homicidio fue de 75,1 por cada 100 mil habitantes. El presidente Hernández asumió el poder el 27 de enero pasado y en sus primeros tres meses de gobierno, según el Observatorio de la Violencia, hubo 19 masacres, en las que perdieron la vida 68 personas, mientras que la humanitaria Casa Alianza reveló que 270 niños y jóvenes menores de 23 años fueron asesinados.