Imagen referencial de Mariano Rajoy, habla durante una sesión de control del Gobierno en el Senado español en Madrid. Foto: Agencia AFP
Las ciudades “indignadas” de España se han puesto a la vanguardia en favor de los refugiados que huyen de Siria, liderando un movimiento ciudadano que ha llevado al gobierno conservador a evolucionar hacia posiciones más generosas.
“Estoy orgulloso de los sentimientos e iniciativas de solidaridad de tantos españoles frente a estas tragedias”, escribió el jefe del ejecutivo, Mariano Rajoy, en respuesta a una carta de la alcaldesa de Barcelona que le pedía actuar.
Ada Colau, antigua militante contra los desahucios, surgida del movimiento de los indignados, estuvo en el inicio de este llamamiento.
Colau propuso el 29 de agosto la creación de una “red de ciudades refugio que dé un hogar a los miles de civiles que huyen de la guerra”.
“Frente a quienes construyen muros y alzan vallas y fronteras, nosotros tenemos un mensaje: refugiados, refugiadas, sed bienvenidos”, volvió a decir el viernes en una concentración en apoyo a esos últimos en Barcelona.
“Refugees Welcome”, se puede leer en una gran pancarta desplegada desde el lunes sobre la fachada del ayuntamiento de Madrid, dirigido desde mediados de junio por la antigua juez de izquierdas Manuela Carmena, que prometió dedicar al menos 10 millones de euros para acoger a migrantes.
En unos días, el resto de España dio una amplia respuesta al llamamiento de Barcelona, especialmente Valencia y Zaragoza, también dirigidas por plataformas ciudadanas relacionadas con el movimiento de los indignados nacido en mayo de 2011, en Madrid para denunciar la austeridad.
“Mientras los Estados buscan excusas, las ciudades ya nos hemos organizado”, se felicitó el viernes Colau, quien estimó que un centenar de ciudades ya se habían unido a la red.
Solidaridad ciudadana
En Gijón (norte), Betty Menéndez se encarga, junto a otras siete voluntarias, de la gestión de la “Red Asturiana de Familias de Acogida para Refugiados”. En menos de una semana, su página Facebook ha recibido miles de mensajes.
“Tenemos ya 350 familias dispuestas a acoger, y otras 400 peticiones de ofrecimientos de todo tipo, abogados, dentistas, médicos, traductores, acompañamiento, o profesores de español, todo. Es increíble”, afirmó este ama de hogar de 35 años.
Betty Menéndez “estaba cansada de llorar con los telediarios”. Está dispuesta a ofrecer la habitación de su bebé de 18 meses, en el apartamento de 54m2 en el que vive con su marido.
“La casa es muy pequeña, pero le daría comida, cama y ducha, y libertad de entrar y salir”, dice.
En la región de Murcia (sureste) , junto a algunos voluntarios, Manolo, investigador de 37 años, ha creado una quincena de grupos de trabajo temáticos (redes sociales, colectas, logística…) para ofrecer un apoyo logístico a grandes instituciones como la Cruz Roja.
Presión sobre el gobierno
La Comisión Europea tiene previsto pedir el miércoles a los Estados miembros repartir de forma urgente 120.000 refugiados, de los que 14.931 (12,4%) corresponderían a España. Hasta ahora, el gobierno conservador de Mariano Rajoy rechazaba ir más allá de su compromiso inicial de 2.739 refugiados.
Una petición en la página web Change.org exigiendo a su gobierno “ abrir las puertas a los refugiados de manera inmediata ” , recogió más de 245 000 firmas, de ellas 100 000 en menos de un semana, tras la difusión de la foto de Aylan Kurdi, el niño sirio encontrado muerto en una playa turca.
Presionado por todas partes, el gobierno anunció finalmente el viernes la creación de una comisión interministerial sobre la acogida de refugiados que podría anunciar el martes medidas concretas en este ámbito, aunque todavía no ha adelantado ninguna cifra.
Bastaría “con que cada ayuntamiento español acogiera a una sola familia, para recibir a 20 000 personas“, argumenta Mónica Oltra Jarque, vicepresidenta de la región de Valencia, del partido Compromís (izquierda).
España, que representa un 9,14% de la población europea, concedió el estatus de refugiado a 384 personas en 2014 y recibió menos de un 1% de peticiones de asilo de la
UE (625 000) en 2014, según Naciones Unidas.