La escenas de “guerra” de Estrasburgo en abril del 2009 no se repitieron en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Lisboa, que vivió la tarde de ayer una manifestación de protesta multitudinaria, pero casi alegre y por momentos carnavalesca.
En un ambiente de fiesta, miles de personas protestaron en forma pacífica, cantando y tocando tambores. Bajo estrictas medidas de seguridad, los manifestantes marcharon por la Avenida da Liberdade, la arteria más lujosa de la capital, hasta la céntrica Plaza de Restauradores.
La Policía portuguesa afirmó que no se habían registrado incidentes dignos de mención, al tiempo que la radioemisora portuguesa TSF hablaba de un “ambiente alegre”. Según los organizadores, participaron unas 30 000 personas, aunque algunos medios afirmaron que fueron “bastante menos”.
Se vieron muchas banderas del Partido Comunista de Portugal (PCP) y de otras agrupaciones lusas y extranjeras, carteles con consignas por la paz y contra la guerra, pero también carros alegóricos, muñecos gigantes y tanques y cohetes de plástico. Algunos momentos de tensión se vivieron sobre el cierre del evento, cuando la Policía cercó a unos 200 activistas considerados más radicales.
Ante el temor de que se produjeran desórdenes, la mayor parte de los dueños de tiendas de lujo y restaurantes ubicados en la Liberdade habían cerrado sus negocios ya en horas de la mañana.
La reunión de la OTAN en Lisboa terminó con dos decisiones históricas: tender la mano a Rusia para la creación de un escudo antimisiles y fijar un calendario para el repliegue de las tropas de Afganistán. Finalizada la cita, Barack Obama y los responsables de la Unión Europea (UE) se reunieron en una cumbre durante la cual debían abordar las tensiones económicas y financieras y las negociaciones sobre el cambio climático.
El encuentro servirá para recuperar el tiempo perdido tras la anulación de un cita precedente, a finales de mayo en Madrid, con el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.
La reciente crisis bancaria irlandesa iba a ser uno de los temas de la reunión, dado que los estadounidenses se mostraron abiertamente preocupados en los últimos días por sus consecuencias en el sistema financiero internacional.
Los europeos criticaron por su parte firmemente la actitud del Banco Central estadounidense y sus consecuencias en la cotización del dólar respecto al euro.
Otro de los temas que se debe tratar son las negociaciones internacionales con el objetivo de encontrar un acuerdo de lucha contra el cambio climático durante la conferencia de Naciones Unidas que se llevará a cabo en Cancún (México) del 29 de noviembre al 10 de diciembre.
Ayer se anunció cierre de sedes
Los líderes de la OTAN acordaron ayer en Lisboa el cierre de algunas de sus 11 sedes y un recorte de personal en 5 000 personas, pero postergaron el debate sobre cuáles se verán afectadas hasta el próximo año.
La OTAN se encuentra presionada para recortar sus gastos ante las dificultades económicas de sus miembros en el marco de la crisis económica. Antes de la cumbre, el secretario general de la alianza atlántica, Anders Fogh Rasmussen, propuso reducir el número de sedes de 11 a siete.
Albergar una sede de la OTAN es visto como una ventaja en numerosos países, tanto en términos de prestigio como de empleo.
La alianza tiene actualmente tres sedes de fuerzas conjuntas (en Portugal, Italia y Holanda), dos aéreas (en Alemania y Turquía), dos navales (Italia y Reino Unido) y dos de entrenamiento (en Polonia y Noruega). Además tiene su sede central en Bélgica y otra en Virginia, EE.UU. También se prevé la reducción de las llamadas “agencias” técnicas de la OTAN, de 14 a 3.