La representante de Texas, Debbie Riddle, desempolvó un proyecto de ley antiinmigrante y anunció que lo impulsará desde enero del 2011, cuando la Cámara de Representantes de ese estado reanude sus sesiones.
La legisladora no necesitó la inspiración de la dura ley sobre inmigración que el estado de Arizona promulgó la semana pasada. Lo hizo antes: ella presentó su propio proyecto hace varios meses, durante el año legislativo que acaba de cerrar, aunque su propuesta murió rápidamente en las comisiones de trabajo.
Pero Riddle deberá enfrentar el hecho de que Texas debe elegir gobernador este año, advirtió ayer el diario El Mundo, de España. Y ni el actual gobernador republicano, Rick Perry, que busca su reelección, ni Bill White, su contrincante demócrata, parecen interesados en una ley que pueda desatar una tormenta política como la de Arizona. Los dos ya han coincidido en que el control de la inmigración es una responsabilidad del Gobierno federal.Aun así, el solo anuncio de Riddle ya disparó la batalla en Texas. La senadora estatal Leticia Van de Putte, demócrata de San Antonio, no solo ha pronosticado que una ley como la de Arizona fracasará en la legislatura texana, sino que hará pagar un fuerte precio político a los republicanos.
Van de Putte definió a la ley de Arizona como “extremadamente dañina y odiosa”. Además, ha llevado el tema al plano personal, al anunciar que cancelará las vacaciones que planeaba pasar con su familia en Arizona y se negará a participar en cualquier reunión que se haga en ese estado, mientras semejante ley siga en pie.
Los diarios Houston Chronicle y San Antonio Express News dieron la noticia ayer del anuncio de la legisladora Debbie Riddle, quien proviene de un circuito cuyo eje está en la pequeña ciudad de Tomball, noroeste del condado de Harris, un área de predominio republicano y fuertes sentimientos antiinmigrantes.
La industria del turismo de Arizona, devastada por la recesión, se prepara ante un boicot al que día a día se suman más líderes comunitarios y legisladores en Estados Unidos para protestar por la ley antiinmigratoria que criminaliza a los indocumentados. Los hoteleros en Arizona (suroeste) empezaron a reportar una ola de cancelaciones de reservas.
Los mismos políticos en Arizona han pedido a las empresas boicotear los negocios con el estado hasta que la ley sea revocada, una postura que encontró eco el martes en los legisladores de las ciudades californianas de San Francisco y Los Ángeles.
Hispanos locales y legisladores demócratas esperan manifestaciones el 1 de mayo en Estados Unidos, aumentando la presión sobre el presidente Barack Obama, para que reforme las leyes de inmigración.
Organizadores de la protesta adelantaron ayer que las manifestaciones se registrarán en más de 70 ciudades estadounidenses.
Punto de vista
Óscar Paredes/ Rep. Inmigrantes en Nueva York
‘La ley es inhumana y racista’
La ley promulgada en el estado de Arizona es inhumana y racista. Hemos venido peleando durante años como red de jornaleros, en Nueva York, contra medidas como la adoptada en Arizona, porque uno de los grupos más afectados con este tipo de leyes son los trabajadores jornaleros.
La gente inmigrante indocumentada es la que está en las calles esperando, todos los días, por una oportunidad de trabajo. Ahí están los vendedores ambulantes, las trabajadoras domésticas. El domingo pasado organizamos marchas de protesta contra la aprobación de esa ley y durante esta semana realizamos diferentes acciones de rechazo.
El 1 de mayo vamos a organizar una concentración en Nueva York. Esperamos reunir a unas 200 000 personas. El sentimiento que tienen los inmigrantes sin papeles es de mucha preocupación y miedo. Ellos tenían la esperanza de regularizar su situación en Arizona, como les ofreció el ahora presidente Barack Obama, durante su campaña electoral. Además, hay mucho temor porque la ley de Arizona se puede extender a otros estados. Ya en Nueva Jersey hemos venido luchando para que no se implemente una ley parecida a la promulgada en Arizona. Redacción Mundo