Redacción Mundo
La única forma en que puedes lastimar al cuerpo es si no lo usas”. Esta frase lanzada en la época de los 50 por el físico culturista y gurú del acondicionamiento físico, Jack LaLanne, ayudó a transformar, en parte, algunos de los hábitos sedentarios que aquejan a miles de estadounidenses.
LaLanne, gurú del fitness (aptitud para la actividad física) y predicador en televisión del ejercicio y una dieta sana para toda una generación de amas de casa estadounidenses, murió el pasado domingo a los 96 años víctima de una pulmonía en su casa de Morro Bay, sobre la costa de California.
Desde 1959 él se convirtió en un ícono televisivo norteamericano. Es que LaLanne inspiró a los televidentes a adelgazar, comer bien y cargar pesas décadas antes de que la dieta y el ejercicio se convirtieran en una obsesión nacional.
François Henry LaLanne, su nombre real, nació en San Francisco el 26 de septiembre de 1914. Sus padres eran inmigrantes provenientes de Oloron Sainte-Marie, un municipio en el sur oeste de Francia. LaLanne escribió que de niño era adicto al azúcar y la comida basura. A la edad de 15, escuchó a Paul Bragg dar una charla de salud y nutrición. El mensaje de Bragg tuvo una fuerte influencia en LaLanne, quien decidió enfocarse en su dieta y en hábitos de ejercicio.
Estudió La Anatomía del Cuerpo Humano de Henry Gray y se concentró en esculpir su cuerpo y en el levantamiento de pesas.
LaLanne culpaba a la comida sobre procesada de muchos problemas de salud. Abogaba por una dieta orgánica y vegetariana aunque a veces comía algo de pescado.
Religiosamente hacía dos horas de deporte al día, divididas en 90 minutos en los cuales levantaba peso y 30 de natación o paseos.