Unos 700 comercios abrieron en Ipiales en lo que va de 2016. Foto: Infobae
Miles de ecuatorianos han adquirido una nueva rutina en los últimos meses. Cruzar a Ipiales, en Colombia, con la idea de comprar algún electrodoméstico, celulares, ropa o hacer las compras de supermercado, todo lo que en su país les costaría al menos un 40% más caro.
Para llegar a Ipiales, basta salir de Tulcán, en la provincia de Carchi, y cruzar el puente de Rumichaca, para pisar territorio colombiano.
Hasta hace poco, Ipiales, una ciudad de 140 mil habitantes en el altiplano andino colombiano, solo era conocida en el Caribe por el increíble santuario neogótico de Nuestra Señora de Las Lajas, construido sobre el cañadón del río Guáitara. Hasta que hace unos meses se convirtió en el “shopping” preferido de los ecuatorianos.
Se estima que alrededor de 40000 automóviles con placas ecuatorianas ingresan solo durante los fines de semana, aunque los compradores también prefieren aprovechar las ventajas de un tour de compras y turismo o simplemente viajar en cooperativas de transporte interprovinciales.
La ruta es lo de menos. Ya cuando el visitante llega a suelo colombiano, en su andar se encuentra con varios cambiadores de moneda que entregan 2 800 pesos por dólar (la moneda estadounidense que también es la oficial del Ecuador).
Con esa cantidad se pueden pagar dos viajes en taxi desde la zona fronteriza hasta Ipiales; mientras que del lado ecuatoriano, en Tulcán, con un dólar apenas alcanzaría para un traslado mínimo. Es la primera comparación que se puede hacer de los beneficios inmediatos del cambio de moneda.
En el centro de Ipiales se encuentran los parques La Independencia y San Felipe. A sus alrededores, el comprador se encuentra con supermercados, tiendas de ropa, negocios de electrodomésticos y un gran número de vendedores informales que aprovechan varias iniciativas de negocio, como la venta de café y algunos bocadillos, para aplacar el ‘frío’ de los cerca de 13° centígrados habituales en la ciudad.
El centro comercial Gran Plaza, ubicado en una zona estratégica de Ipiales, es otro de los espacios de compras preferidos por los consumidores, quienes salen con sus carretillas llenas de artículos para el hogar.
Todo este boom comercial comenzó en agosto del 2015, cuando la moneda colombiana se devaluó en un 36% frente al dólar. Desde entonces, las cifras se han mantenido como para que los ecuatorianos prefieran comprar a precios más cómodos, aunque para eso tengan que viajar largas horas e incluso días.
La plaza principal de Ipiales. Foto: Infobae
Quienes viven un poco más cerca del lugar fronterizo, aprovechan los días entre semana para realizar las compras de productos básicos del hogar, así lo cuenta Fabiola Romero, quien vive en Ibarra, Ecuador. “Vengo cada 15 días con mis hijas, que viven en Quito, compramos todo lo que necesitamos y ahorramos hasta USD 80 en los consumos de nuestra canasta básica“.
El alza del 2% del Impuesto al Valor Agregado en Ecuador, como lo dispone la ley solidaria emitida luego del terremoto que vivió el país este año, también es una de las excusas para comprar en Ipiales y otros sectores del país colombiano.
“Ahora tenemos que pagar por algunos productos el 14%. Yo prefiero venir a distraerme y adquirir cosas más económicas, porque en mi país ahora quieren que cancele con dinero electrónico si deseo pagar al 12%”, comenta esta ecuatoriana de 70 años.
A esto también se suma la aplicación de salvaguardias arancelarias que Ecuador fijó a algunos productos importados por un lapso de 15 meses, desde marzo del año pasado, medidas que ahora se han prorrogado.
La ventaja del comercio colombiano es contar con un tratado de libre comercio con Estados Unidos, lo que permite que los artefactos tengan precios más competitivos frente a los de su vecino país.
Zonas de contrabando
Ante el desmedido número de ecuatorianos que dejan sus divisas en las zonas fronterizas de Colombia, el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador aplicó sobretasas arancelarias a determinados productos que son traídos desde el país vecino. Esta medida motivó que muchos ecuatorianos trasladen sus compras de manera clandestina.
Así, personas particulares, nacionales de cualquiera de los dos países, se apostan alrededor de los locales comerciales ofreciendo llevar televisores, bebidas alcohólicas, ropa y demás enseres por zonas fronterizas que no son vigiladas. Por esos traslados llegan a cobrar 50 000 pesos.
Para el consumidor ecuatoriano, las compras se complementan haciendo turismo ya que pueden conocer el santuario de la Virgen de las Lajas, a siete kilómetros del centro de la ciudad, destino preferido de miles de turistas cada año, no solo por considerarse una maravilla de Colombia y del mundo, sino también en agradecimiento a la virgen, por los milagros concedidos.
Como símbolo de gratitud, la tradición lleva a los fieles católicos a colocar postales de agradecimiento en las escalinatas de la basílica.