Para Juan Manuel Santos se ha convertido en una jaqueca el escándalo de los ‘falsos positivos’, el nombre con el que se conoce a la práctica de las FF.AA. de asesinar a jóvenes de barriadas pobres y luego presentarlos como guerrilleros muertos en combate.En la campaña de Santos cayó como un mazazo el informe de Philip Alston, relator para las Ejecuciones Extrajudiciales de la ONU, que cuestionó la falta de control del Gobierno para impedir esos crímenes, que casi llegan a los 2 000.El malestar en las filas oficialistas se debe a que el informe se entregó justo la víspera de la jornada electoral, abriendo la posibilidad de que se afecte la candidatura. Entre otras razones, porque el escándalo de los ‘falsos positivos’ se destapó a finales de 2008, cuando Santos era ministro de Defensa. Según el documento de la ONU, “Los asesinatos fueron cometidos a lo largo del país y por una gran cantidad de unidades militares. Ocurrieron porque las unidades militares sintieron presión para mostrar éxitos en contra de la guerrilla, a través de números de bajas”.Ante un posible efecto devastador en la imagen de su candidatura, Santos salió ayer ante la prensa a reiterar que durante su gestión se descubrió esa práctica y de inmediato se juzgaron a 27 oficiales por su responsabilidad. Además, la tarde de ayer, su equipo de campaña convocó a la prensa extranjera a una reunión para este día, en la que se espera que Santos hable de este tema.