Hillary Clinton superó el número necesario de otos de los delegados para ser declarada candidata presidencial. Foto: AFP
La exsecretaria de Estado Hillary Clinton hizo hoy 26 de julio del 2016 historia al convertirse en la primera mujer candidata a la Presidencia de EE.UU. por uno de los dos grandes partidos del país, el Demócrata.
La Convención Nacional del Partido Demócrata la proclamó como su candidata a la presidencia en las elecciones estadounidenses de noviembre, en un hecho sin precedentes.
La exsecretaria de Estado superó el número necesario de votos de los delegados para ser declarada candidata a la presidencia. Es la primera vez que una mujer alcanza esta responsabilidad en uno de los dos principales partidos estadounidenses.
Durante una votación a viva voz en la Convención Nacional Demócrata que se realiza en Filadelfia (noreste), Clinton hizo historia después que la delegación de Dakota del Sur enumeró sus votos, sellando la victoria de la exsecretaria de estado sobre el senador Bernie Sanders.
Fue precisamente Sanders, en representación del estado de Vermont, quien presentó a la plenaria la moción de declarar a Clinton la candidata presidencial del partido.
“Presento la moción de suspender las reglas de procedimiento. Presento la moción de que todos los votos de los delegados sean reflejados en las actas, y presento la moción de que Hillary Clinton sea escogida como la nominada por el Partido Demócrata para presidente de Estados Unidos”, dijo Sanders.
En medio de una ensordecedora ovación, la responsable por la conducción de la sesión hizo una rápida consulta con los delegados y la moción de Sanders fue aprobada por aclamación: Clinton ya era la candidata oficial del partido a las elecciones noviembre
Casi de inmediato, la propia Clinton publicó en su cuenta en la red Twitter una foto de ella misma durante un acto de campaña, en forma de agradecimiento a los delegados por la histórica jornada.
Tarea enorme por delante
En la campaña por la Casa Blanca, Clinton tendrá por delante al polémico y carismático multimillonario Donald Trump, quien hace una semana fue nominado formalmente como candidato del conservador Partido Republicano.
Después de los roces el lunes entre ‘clintonistas’ y ‘sanderistas’ en la plenaria, existían temores de que la votación de este martes se convierta en un duelo abierto.
Sin embargo, los vehementes llamados a la unidad del partido formulados desde la noche del lunes por el propio Sanders parecieron tener efecto, y la sesión de votación transcurrió sin ningún abucheo.
Después de la votación, un grupo de delegados favorables a Sanders realizaron una protesta pacífica en el centro de prensa de la Convención, alegando que no fueron escuchados y que sus demandas fueron ignoradas por la dirección del partido.
La lista de oradores de esta segunda jornada de la convención incluye nada menos que al marido de Hillary, el expresidente Bill Clinton, aún considerado un referente natural para los demócratas y quien deberá defender la candidatura de su esposa.
Sanders ayuda a cerrar heridas
Sanders, cuyos seguidores en la primaria se resistían a apoyar a Clinton, había mantenido en la mañana del martes una reunión con delegados del estado de California, durante la cual las posiciones quedaron en carne viva. “Lo que debemos hacer ahora es derrotar a Donald Trump y elegir a Hillary Clinton. O más tarde miraremos hacia atrás solamente para arrepentirnos”, dijo el exaspirante ante delegados que no se mostraban muy convencidos.
Durante la jornada, el vicepresidente Joe Biden también estuvo en la convención y en un diálogo informal con un grupo de periodistas, opinó que era necesario que se permitiera a esos electores expresar su frustración.
El expresidente Clinton ofrecerá su visión sobre las cualidades de su esposa para ocupar la Casa Blanca e insistirá en la necesidad de que los demócratas cierren filas detrás de ella.
La convención nacional comenzó marcada por el escándalo de los casi 20 000 correos de dirigentes del partido, que fueron filtrados el viernes pasado por Wikileaks.
En esos correos, se tornó evidente que en plena disputa interna la dirección demócrata discutió formas de perjudicar la campaña de Sanders y beneficiar a Clinton. El escándalo provocó la renuncia de la presidenta del Comité Nacional del partido, la legisladora Debbie Wasserman Schultz.