Estados Unidos es el país que inventó la democracia moderna o liberal. Sin embargo, su sistema electoral, que es el más antiguo, es también el más complicado del mundo. Y cada cuatro años siempre requiere de una explicación sobre cómo funciona porque el presidente electo no gana de manera inmediata por el voto universal, sino por los colegios electorales. El 5 de noviembre, los estadounidenses acudirán a las urnas para decidir entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump. Aquí trataremos de explicar cómo llega un candidato a ocupar la Casa Blanca.
Más noticias
El sistema electoral en un día diferente
El próximo martes 5 de noviembre, será el día de la elección para Presidente, Vicepresidente, la renovación de un tercio del Senado y la renovación total de la Cámara de Representantes. Aquí comienza el primer problema. ¿Por qué se vota en un día martes?
Al ser Estados Unidos un país federal, cada Estado tiene sus propias leyes y también su propio sistema electoral. No tiene un ente rector de las elecciones a nivel nacional. Hasta 1845, cada uno podía organizar sus comicios en cualquier fecha, siempre y cuando fueran 34 días antes del primer miércoles de diciembre.
Esto traía un problema. Supongamos que el Estado de Nueva York votara el 7 de noviembre y Nueva Jersey el 18 de noviembre. Los votantes de este último iba a las urnas con conocimiento de lo que había pasado en Nueva York y podía influir en los resultados. Entonces, el Congreso nacional resolvió que se lo realizara en un martes de noviembre, pero no cualquier martes, sino el primero después del primer lunes de noviembre.
La razón para hacerlo en martes se debía a que la mayoría de los ciudadanos habilitados para votar eran campesinos. No lo hicieron en domingo, como ocurre en el resto del mundo, porque debían ir a la iglesia y comerciar sus productos en los mercados dominicales. Y se escogió noviembre porque era un mes que no complicara el trabajo en sus granjas.
Actualmente, hay muchos cuestionamientos sobre el día. Ahora, muchos votantes son urbanos y no pueden acudir a las urnas a votar en martes, algo que cuestionan los demócratas, sobre todo. Sin embargo, se puede votar anticipadamente, por correo o internet, que no está bien vistos por algunos republicanos, sobre todo del expresidente y actual candidato Donald Trump.
Los Colegios Electorales, lo más complejo del sistema
El sistema electoral de Estados Unidos no elige presidente por la mayoría de los votos a nivel nacional. Si bien tiene un valor, es más en función de cómo constituyen los Colegios Electorales, en los que se define al ganador de las elecciones.
Los Colegios Electorales representan la decisión del voto mayoritario de cada Estado. Y se organizan según el número de pobladores de cada Estado.
En total son 538 electores. El estado que más votos del Colegio Electoral tiene es California: 54. Los que menos tienen son los estados más rurales, como las dos Dakotas o Wyoming, con tres, cada uno.
Acá entonces entra la parte complicada y, para muchos, la obsoleta del sistema, que es mejor explicar mediante un resultado hipotético. Supongamos que Kamala Harris gana en California: todos los 54 votos del Colegio Electoral de California serán para ella, así obtuviera el 50,1% del voto o -exageremos- el 100%. Trump ganaría, por ejemplo, en Texas, por lo tanto, se llevará consigo los 40 de su colegio electoral. Solamente Maine y Nebraska tienen un sistema proporcional.
Un sistema electoral que permita ganar sin tener la mayoría
Para llegar a la Presidencia de Estados Unidos, hay que alcanzar al menos 270 votos de los Colegios Electorales. Y acá viene otra complejidad más: se puede ganar sin tener la mayoría de votos. Lo sabe bien Trump, que en el 2016 tuvo casi tres millones de votos menos que su rival, la demócrata Hillary Clinton. Sin embargo, ganó en 30 estados, mientras Clinton triunfó en 20, además del Distrito de Columbia.
Los republicanos son mayoría en estados en donde predomina lo rural. Los demócratas tienen preeminencia en los que tienen una gran concentración urbana.
Hay, sin embargo, los estados pendulares (swing state), que no tienen un ganador claro de antemano. A estos apuntan los mayores esfuerzos de la campaña electoral. Estos son Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. En total, suman 96 colegios electorales.
En el 2020, fueron fundamentales para los demócratas, los triunfos en Arizona (AZ), Pensilvania (PA), Wisconsin (WI), Michigan (MI), Georgia (GA) y Nevada (NV).
La siguiente imagen corresponde a las elecciones del 2020 entre Joe Biden y Donald Trump, que buscaba, entonces, la reelección. Los estados rojos votaron por los republicanos y los azules, por los demócratas. Pero en este 2024, hasta el momento, las encuestas dan un empate técnico.