Familia chilena no puede regresar a su hogar en Londres por restricciones del covid-19; 'imponen una multa y una pena de cárcel por no haber hecho nada'

La familia de Carla vive en Londres desde el 2018. Foto: BBC / Carla Banfi

Carla Banfi, Mauricio Díaz y Leonor, una pareja de nacionalidad chilena y su hija de 3 años, que desde el 2018 residen en Londres, Inglaterra, no pueden regresar a su hogar debido a las restricciones impuestas en el país europeo por la pandemia del covid-19.
Ellos salieron de Londres el pasado 5 de diciembre del 2020, pero la visita a sus familiares y amigos en Chile se extendió por fuerza mayor. Hasta el lunes 1 de marzo del 2021 la familia permanecía en la casa de la madre de Carla.
Las medidas impuestas por Reino Unido para quienes llegan desde el extranjero ha hecho que muchas personas no puedan retornar a sus hogares.
Información de la BBC señala que desde el pasado 15 de febrero, los viajeros que llegan a Inglaterra procedentes de "una lista roja" de países de riesgo son conducidos a hoteles para autoaislarse 10 diez días. En el listado figuran todos los territorios de Sudamérica.
Banfi contó a la BBC que una vez al año, generalmente en Navidad, junto con su esposo e hija suelen viajar a Santiago de Chile para ver a los amigos y la familia. Y el 2020 no fue la excepción.
"Era particularmente especial porque mi papá murió en abril de 2020 de un derrame cerebral", comentó al medio.
La pareja además programó el viaje tomando en cuenta que ella podía trabajar desde casa y su esposo tenía previsto continuar con sus estudios de forma remota. La idea era quedarse un par de meses.
Los problemas comenzaron cuando les cancelaron el vuelo de regreso a Londres por el tema del confinamiento y los viajeros que llegan procedentes de países de riesgo son conducidos a hoteles para autoaislarse durante diez días.
"Ahora han impuesto la estadía en hoteles, que se nos hace prácticamente imposible pagar", dice la mujer a la BBC.
De acuerdo con el medio, la factura de esa estancia es fija y asciende a 1 750 libras (USD 2 436 al cambio del 1 de marzo del 2021), una cifra difícil de asumir para muchas personas.
La mujer también comenta que siguen pagando el arriendo de 2 000 libras (USD 2 784) por la casa en la que habitan en Londres, considerada una de las ciudades más caras del mundo.
Los gastos en esa ciudad donde radican no se limitan al arriendo, también están los pagos por luz, agua, el impuesto local, Internet.
"A Londres no nos podemos ir directamente porque no podemos asumir el costo. Encuentro que el precio del hotel es una locura y que se lo tenga que costear uno mismo también", comenta.
"Mi percepción de esto es que a uno le imponen una multa y una pena de cárcel por no haber hecho nada, sobre todo viniendo desde Chile que prácticamente no tiene contagios de la cepa brasileña, que es por lo que supuestamente está en la lista roja", se lamentó Carla.
Ella considera que Chile no debería ser considerado de alto riesgo y explica que en el país existen residencias sanitarias costeadas por el Estado.
"Y entonces uno piensa que la imposición de un tipo de restricción de ese tipo al menos debería ser costeada en parte por el Gobierno. Unos no tienen ninguna posibilidad de reducir un poco el costo".
Según el testimonio de Carla, la situación que están viviendo no solo implica un costo económico, sino también una factura psicológica grande para la familia.
"Qué voy a hacer yo con mi hija 10 días encerrada sin sus cosas, sus juguetes. Imagínate si me cuesta trabajar acá teniendo que cuidar de ella, no quiero imaginar encerrada en una pieza de hotel", dice.
Para Carla, la falta de seguridad es una carga emocional muy grande. "No hay certeza de nada. No se puede decidir nada porque no sabemos qué va a pasar".
La pareja estima que tardarán por lo menos otro mes más en volver a Londres si es que la situación de los hoteles termina el 31 de marzo.
Para ellos, por el momento, viajar al país europeo y autoaislarse en un hotel está descartado. Esa sería una opción si corren el riesgo de perder la residencia, pero Carla recordó que se puede estar fuera no más de seis meses y ellos llevan dos meses y medio.