Los escenarios para un probable futuro en Siria

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon escucha los argumentos del ministro sirio Walid Muallem. Foto: EFE

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon escucha los argumentos del ministro sirio Walid Muallem. Foto: EFE

Las potencias mundiales, países de Oriente Próximo, el régimen de Bashar al Asad y la oposición siria se reúnen el 22 de enero en la ciudad suiza de Montreux para participar en la segunda conferencia internacional de paz sobre Siria.

Y aunque nadie espera un milagro, ni encontrar la solución a la vuelta de la esquina, al menos, por primera vez en casi tres años, el régimen y la oposición se sentarán en la mesa de negociaciones e intercambiarán algo más que fuego de ametralladoras y proyectiles.

Estos son algunos de los escenarios que se podrían presentar al cierre de la conferencia.

  • La secesión, ¿una salida?

La división sectaria de Siria es una realidad palpable y algunos analistas han planteado como posible solución al conflicto adoptar la fórmula de la división étnico-territorial con tres Estados independientes.

Se trataría de la creación de uno para los alauís (en el poder), otro para los suníes y otro para los kurdos. El primero comprendería desde la costa noroeste (Latakia y Tartus) hasta la provincia de Homs, fronteriza con el Líbano. Moscú apoyaría el Estado alauí, donde convivirían con las minorías cristianas, para conservar la base naval de Tartus, clave para sus intereses.

Respecto al kurdo, desde el estallido de la guerra existe una región semiautónoma en el norte.

Otra cuestión será cómo se podrá gestionar el Estado suní si termina convirtiéndose en un califato islámico dirigido por Al Qaeda.

  • La ilusión de un gobierno de transición

La creación de un gobierno interino formado por moderados del régimen que no tengan las manos manchadas de sangre y opositores –apoyados por Occidente– para una transición política es una de las propuestas. Esta fue la fórmula que se creó en ‘Ginebra 1’, en el 2012, pero en aquel entonces fue excluido el régimen sirio. Hasta ahora el presidente Bashar al Asad no se ha pronunciado sobre una posible transición que incluya su salida. De hecho dijo que hay posibilidades de que se postule para las presidenciales de junio. Por su parte, la oposición exige que el sátrapa renuncie y sea excluido de la fase de transición. Posiciones irreconciliables.

  • No habrá vencedores ni vencidos

Ni el régimen de Damasco ni los rebeldes están en posición de ganar la guerra, y mucho menos ahora que la oposición armada está dividida entre moderados del Ejército Libre de Siria, brigadas islamistas y radicales yihadistas, que han abrazado a Al Qaeda, y luchan entre sí.

En los últimos siete meses las tropas del Gobierno, apoyadas por la milicia chií libanesa Hezbolá, han recuperado parte del territorio que habían perdido con los rebeldes. Pero este avance no significa que Damasco pueda recuperar todo el territorio perdido, y seguramente, tendrá que hacer concesiones en ‘Ginebra 2’.

Los rebeldes están intentado reunificarse para luchar en un frente común, cuya prioridad, curiosamente, no es combatir a las tropas de Al Asad sino a Al Qaeda, que les roba la revolución.

  • El riesgo de un contagio regional

La guerra siria amenaza con extenderse a un conflicto regional de intereses sectarios. Por un lado, está la participación militar de Irán y la milicia chií libanesa Hezbolá, a favor del régimen, y por el otro, la financiación a grupos salafistas y yihadistas por parte de Arabia Saudí y Catar, que combate del lado de los rebeldes.

Como represalia a la participación militar de Hezbolá, comandos yihadistas, afines a Al Qaeda, han atacado intereses de la milicia chií así como de Irán en suelo libanés. Líbano es un país que fácilmente puede contagiarse.

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