Las legislativas de este domingo, 9 de marzo, en Colombia pondrán a prueba el apoyo al proceso de paz con la guerrilla de las FARC y al presidente Juan Manuel Santos, impulsor del diálogo y aspirante a la reelección en las presidenciales de mayo.
El diálogo iniciado hace 16 meses con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas) en Cuba planea sobre las elecciones legislativas. Santos, cuya coalición de centro-derecha cuenta con una cómoda mayoría en el Congreso, busca mantener el apoyo legislativo para seguir negociando con los rebeldes.
El Mandatario, de 62 años, formalizó esta semana su candidatura para la reelección por un nuevo período que concluirá en 2018. “El Presidente probablemente conservará una fuerte mayoría, ya que es difícil derrotar una coalición”, dijo a la AFP Sandra Borda, profesora de ciencias políticas de la Universidad de los Andes.
El “tema del proceso de paz será clave”. Aun cuando “muchos colombianos tengan dudas sobre esto no van a desistir”, agregó Borda, coautora del libro ‘Proceso de Paz’.
Sin embargo, la gran incógnita en este proceso será la votación que alcance el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), quien rompió políticamente con su sucesor y exministro a raíz de las negociaciones con las FARC. Uribe, que combatió ferozmente a los rebeldes a quienes califica de “terroristas”, acusó de traición a Santos por su propuesta de paz y se erigió como el más fuerte opositor del Gobierno.
Todavía muy popular, Uribe es el primer expresidente que aspira a un asiento en el Senado. Para ello cuenta con el apoyo del partido Centro Democrático, que formó tras su distanciamiento de Santos bajo la consigna de “No a la impunidad” en el diálogo con la FARC. Varias encuestas dan por hecho la elección de Uribe con una votación que ronda el 14%, lo que le permitiría a su partido conquistar al menos 19 de los 102 escaños del Senado.
“La lista de Uribe no obtendrá la mayoría pero le permitirá agitar la agenda nacional”, aseguró Luis Guillermo Patiño, director del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
El exmandatario “no podrá impedir una ratificación parlamentaria, pero si el acuerdo de paz pasa por un referendo, entonces la voz disonante de Uribe puede tener mucha fuerza”, agregó Patiño, autor del texto “Del populismo a neopopulismo en América Latina”.
Por su parte, los partidos de izquierda, tradicionalmente débiles en Colombia, enfrentan el desafío de aumentar su votación con respecto a las legislativas de 2010 debido a una reforma electoral.
En Colombia, donde están habilitadas para votar cerca de 32 millones de personas, el voto es voluntario y la abstención ronda históricamente el 50%.
En un 20% del territorio colombiano existe la amenaza de que grupos guerrilleros y de origen paramilitar afecten el sufragio mediante la “presión e intimidación” a los electores, según el defensor del pueblo, Jorge Otálora. El gobierno de Santos desplegará cerca de 300 000 militares y policías para resguardar los comicios, mientras la OEA ubicará 27 observadores internacionales.