Un policía de Camboya (I) habla a activista ambiental español Alejandro González-Davidson (C), que fue detenido en un restaurante en Phnom Penh el 23 de febrero de 2015. Foto: AFP
Un ecologista español muy crítico con la política de presas hidroeléctricas en Camboya, en particular en la cuenca del Mekong, fue detenido el lunes (23 de febrero del 2015) con vistas a su expulsión del país, anunciaron las autoridades.
Instalado en Camboya desde hace años, Alejandro González Davidson, que habla con fluidez el jemer, fue arrestado en un restaurante de la capital, Phnom Penh, y conducido a los servicios de inmigración.
Las autoridades rechazaron renovar el visado del activista debido a que “ ha creado problemas en el pasado ” y está denunciado por el ministerio de Energía, explicó a la AFP un portavoz del ministerio de Interior, Ehieu Sopheak.
González Davidson, fundador de la ONG local Mother Nature, estaba especialmente comprometido contra un polémico proyecto para construir una presa hidroeléctrica en la región de Koh Kong, en el sureste de Camboya.
Su organización militaba para detener el proyecto, que amenaza con tragarse decenas de miles de hectáreas de bosque y varias aldeas en las que habitan unas 1 500 personas.
“Somos un Estado soberano”, afirmó el primer ministro, Hun Sen, en un discurso este lunes, refiriéndose a la expulsión del español.
“No solo los extranjeros, también los camboyanos serán detenidos si violan las leyes”, amenazó el hombre fuerte de Camboya desde hace tres décadas.
Gran defensor de los proyectos hidroeléctricos en asociación con China, Hun Sen considera que las ventajas económicas de las polémicas presas prevalecen sobre las preocupaciones medioambientales, en un país en el que un cuarto de la población aún no dispone de electricidad.
El gobierno camboyano ha sido muy criticado por sus acuerdos con grupos extranjeros para la explotación de la caña de azúcar, el caucho y la construcción de presas hidroeléctricas.
Para 2019 se espera la apertura de 9 presas, muchas de ellas financiadas por China.
Las organizaciones ecologistas han denunciado que estos proyectos se hacen a expensas de las comunidades locales, a las que expolian sus tierras para plantar o construir las presas.