Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían asegurado que el general de Policía Luis Mendieta sería el último de sus secuestrados que saldría en libertad, si el Gobierno no accedía a un canje con rebeldes presos.
Él era el cautivo de más alto rango en su poder y, por lo tanto, el más importante para presionar por ese intercambio.
fakeFCKRemovePero ayer ese anuncio de la guerrilla quedó destrozado, cuando Mendieta y otros tres uniformados dejaron el sitio de su cautiverio y se reencontraron en Bogotá con sus familiares y compañeros de armas. Los cuatro tenían puestos en su cuello el cartel de “canjeables” y habían sido raptados hace ya casi 12 años.
Transportados por un avión militar desde el selvático departamento del Guaviare, Mendieta, los coroneles Enrique Murillo y William Donato, así como el sargento Arbey Delgado, arribaron a la terminal aérea de las FF.AA. Allí los recibió el ministro de Defensa, Gabriel Silva, así como el Alto Mando militar, quienes los saludaron con los honores de rigor. Esa imagen fue el epílogo de un operativo militar, bautizado como ‘Camaleón’, que empezó la madrugada del domingo y que terminó con el cautiverio de los tres oficiales de Policía y el sargento del Ejército.
Los detalles del rescate generaron tanta admiración en la opinión pública colombiana y protagonistas, que se deshicieron en elogios. Exitosa, histórica y brillante fueron algunos adjetivos para calificar un rescate que tuvo su génesis el 12 de marzo pasado. Ese día fue capturado un guerrillero del primer frente de las FARC, que decidió desmovilizarse y brindar las coordenadas del campamento donde estaban retenidos en la selva colombiana.
“Ahí empezamos a concretar la operación”, relató el general Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares, quien diseñó el rescate. El operativo contó con 300 miembros de fuerzas especiales, quienes al mediodía del domingo ingresaron a la base guerrillera, aprovechando que los rebeldes cocinaban sus alimentos.
En un primer momento solo lograron rescatar al general Mendieta, al coronel Murillo y al sargento Delgado, sin que se haya registrado ninguna baja. “La guerrilla salió corriendo, dejaron los fusiles y el equipo”, detalló el militar Delgado, quien en la pista militar en Bogotá aún lucía las cadenas y el candado con el que era controlado por sus captores.
Solo en la mañana de ayer localizaron al coronel Donato, quien durante el cruce de fuego huyó y se escondió entre los matorrales, hasta que los militares lo ubicaron y protegieron.
Ya en libertad, las primeras palabras de los liberados fueron de agradecimiento al gobierno de Álvaro Uribe, quien había aprobado que se diera paso al rescate militar. De igual modo, los cuatro uniformados coincidieron en agradecer a los medios y periodistas colombianos, por su respaldo diario y la transmisión de noticias de sus familiares. “Saludo a los medios de comunicación por acompañarnos 12 años sin decaer; nos enviaron esa vitamina diaria”, dijo el coronel Murillo.
En ese punto, el general Mendieta reveló un acto –según dijo- cruel por parte de la guerrilla: desde hace 16 meses les habían quitado las radios para que no tengan ningún contacto con noticias del mundo exterior. Los cuatro rescatados serán sometidos a revisiones médicas durante ocho días antes de tomar un descanso para estar junto a sus familias.
Luis Mendieta
General de Policía
El oficial cumplió el domingo 53 años, 12 de los cuales estuvo en cautiverio de las FARC. Cayó prisionero el 1 de noviembre de 1998, durante la toma del Mitú, en el departamento del Vaupés. En su condición de coronel, estuvo al frente de 120 policías que intentaron defender esa localidad que fue tomada por los rebeldes. Ha sufrido varias enfermedades.
Enrique Murillo
Coronel de Policía
Murillo Sánchez también fue secuestrado durante la toma del Mitú, cuando estaba a órdenes del oficial Luis Mendieta. Su cautiverio lo privó de estar presente en el nacimiento de uno de sus dos hijos. El menor de ellos nació un mes después de que Murillo fuese tomado como rehén por las FARC. Por ello, ayer literalmente reconoció a sus hijos.
Arbey Delgado Argote
Sargento del Ejército
Delgado también tuvo la desgracia de caer prisionero del grupo guerrillero durante la toma de la Base de Miraflores. Durante sus casi 12 años de cautiverio no pudo ver crecer a sus tres hijos. Ayer, la mayor de ellas, estuvo abrazada todo el tiempo a su padre, quien también la reconoció. Delgado relató que pasaba el tiempo escribiendo poesías.
William Donato
Coronel de Policía
El 4 de agosto de 1998 marcó su vida. Ese día fue secuestrado mientras dirigía la Base Antinarcóticos de Miraflores, en el departamento del Guaviare. El oficial había acabado su tarea como jefe de esa unidad, pues estaba por viajar a EE.UU. para seguir un curso para su ascenso. Empero, debió quedarse unos días más hasta que llegue su relevo.