Gobernantes y delegados de Centroamérica y del Caribe debatían este viernes en San Salvador estrategias comunes sobre cambio climático, seguridad y comercio, así como medidas promovidas por los isleños para defender sus ventas de biocombustibles a Estados Unidos, amenazadas por Brasil.
Los asistentes a este cónclave, incluidos seis gobernantes, esperan encontrar coincidencias para enfrentar en conjunto los fenómenos provocados por el cambio climático, teniendo en cuenta que ambas regiones vecinas son castigadas cada año por tormentas y huracanes que dejan cuantiosas pérdidas humanas y materiales.
El mandatario anfitrión, Mauricio Funes, instó a ambos bloques a trabajar en forma “integrada” frente a problemas como el cambio climático y la inseguridad, advirtiendo que esto también ayudará a afrontar “la amenaza de una recesión económica”.
“Las respuestas ante las crisis económicas es más integración, mayor unidad entre nosotros, es una necesidad imperiosa y no una opción política”, dijo Funes en un discurso de apertura.
A la reunión, que culminará el viernes en la tarde, asisten también los presidentes Porfirio Lobo (Honduras) , Alvaro Colom (Guatemala) y Desire Bouterse (Surinam) , y los primeros ministros Tillman Thomas (Grenada) y Denzil Douglas (San Cristóbal y Nieves) .
También participan los secretarios generales del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) , Juan Daniel Alemán, y de la Comunidad del Caribe (Caricom) , Irwin La Rocque.
“Centroamérica y el Caribe compartimos preocupaciones comunes, somos países altamente vulnerables y por lo tanto necesitamos llevar una estrategia común”, dijo a la AFP el canciller salvadoreño, Hugo Martínez.
Ambas regiones quieren “posicionarse” como “un bloque de países que está preocupado por la situación de vulnerabilidad”, dijo Martínez, cuyo país ostenta la presidencia pro témpore del SICA.
El bloque caribeño, formado por 15 países anglófonos, incluido Belice (que también es parte del SICA) , quiere que Centroamérica les ayude a cabildear para presionar a Estados Unidos a mantener el arancel al etanol brasileño, para no perjudicar a los biocombustibles caribeños, adelantó La Rocque.
La Rocque advirtió que si Washington elimina el arancel de 54 centavos por galón (3,78 libros) de etanol brasileño, como está previsto, tendrán que cerrar dos plantas en Trinidad y Tobago y una en Jamaica.
Martínez señaló que “en el tema del cambio climático tenemos responsabilidades compartidas pero diferenciadas y esto significa que países pequeños como los nuestros causan menos problemas en el calentamiento global y el cambio climático”.
“Los países más industrializados tienen que asumir su cuota de responsabilidad, porque ellos están causando más dificultades”, afirmó el canciller.
Otra preocupación común es el crimen organizado.
Centroamérica y el Caribe son vías de tránsito de la droga sudamericana llevada por poderosos cárteles hacia Estados Unidos, por lo que los asistentes a este cónclave prevén alcanzar acuerdos para el intercambio de información sobre crimen organizado.
Avionetas, diversos vehículos terrestres y todo tipo de embarcaciones, incluidos minisubmarinos, son utilizados por los traficantes, que muchas veces consiguen colaboración de pescadores y lugareños para ocultar la droga.
Para combatir a los traficantes, las aguas del Caribe (y también el Pacífico centroamericano) son patrulladas por buques de guerra de Estados Unidos, Francia y Holanda, en coordinación con los gobiernos del área.
Los centroamericanos buscan también medidas para lograr un mayor intercambio comercial con la Caricom.
El comercio entre ambos bloques alcanzó el año pasado 754 millones de dólares, según cifras centroamericanas, y las autoridades creen que puede incrementarse.