El vicepresidente argentino, Amado Boudou. Foto: EFE
El vicepresidente argentino, Amado Boudou, que está procesado por la justicia en un presunto caso de tráfico de influencias, encabezó hoy, miércoles 9 de julio, el acto central en conmemoración de los 198 años de la independencia del país.
Ante la ausencia de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, aquejada por una dolencia de garganta desde hace una semana, Boudou debió realizar su primera aparición pública en el país tras la decisión tomada por el juez federal Ariel Lijo, quien días atrás halló pruebas para procesarlo por los delitos de “cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública”.
En un breve discurso, que apenas llegó a los 11 minutos de duración, el vicepresidente destacó la labor de gobierno de Fernández de Kirchner, en especial su vocación por “seguir trabajando por una patria libre y soberana que rompe con el colonialismo económico”.
La presencia del vicepresidente en la ceremonia estuvo puesta en duda hasta el último lunes, cuando se especuló que el funcionario a cargo del acto sería el presidente provisional de Senado argentino y tercero en la línea sucesoria del país, Gerardo Zamora.
Sin embargo, Boudou asumió su responsabilidad de reemplazar a la jefa de Estado en caso de ausencia y tomó el principal protagonismo en la ceremonia que se realizó en la ciudad de San Miguel de Tucumán, a más de 1.000 kilómetros al norte de Buenos Aires y donde el 9 de julio de 1816 se declaró la independencia argentina.
Boudou aprovechó su discurso para asegurar que la jefa de Estado continuará “negociando con fuerza y voluntad” en el litigio legal que el país mantiene con los dueños de los bonos de la deuda externa que en su momento rechazaron dos propuestas de pago con quitas importantes en el monto, a quienes en Argentina se conoce como “fondos buitre”.
La prensa local resaltó que luego de pronunciar su discurso, Boudou protagonizó un incómodo momento con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, de los pocos funcionarios que realizó declaraciones luego del procesamiento judicial que recibió el vicepresidente.
Hasta el momento la presidenta argentina evitó mencionar públicamente el caso judicial que involucra a Boudou, mientras que otros integrantes del gabinete defendieron su figura ante los cuestionamientos de la oposición política.
El último jueves, inclusive, la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, integrada mayoritariamente por legisladores oficialistas, rechazó todos los pedidos de enjuiciamiento presentados por bloques opositores contra el vicepresidente argentino bajo el argumento de que la causa judicial “se está tramitando” y que todavía “no hay sentencia” alguna.
Para el juez Lijo, Boudou intervino cuando era ministro de Economía (2009-2011) en una operación que terminó con el salvataje de la imprenta de billetes Ciccone Calcográfica,que hasta ese momento se encontraba en quiebra. Según el fallo del magistrado, el vicepresidente contribuyó a dejar en manos de supuestos allegados suyos la gestión de la empresa, que luego fue nacionalizada.