Al menos 105 personas han perdido la vida desde que comenzaron los enfrentamientos entre tropas del Gobierno y rebeldes islamistas en la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, a principios de la semana pasada, informaron el lunes 19 de mayo del 2017 las autoridades.
Según el recuento oficial, a causa de los combates murieron 61 extremistas, 20 soldados y al menos 24 civiles. Sin embargo, Protección Civil asegura que el número real de víctimas es mayor.
En la ciudad de Marawi, el epicentro de los enfrentamientos, situada a unos 800 kilómetros al sur de Manila, yacen cadáveres diseminados en las calles.
El Ejército elevó el lunes el nivel de seguridad en la región en previsión de posibles ataques terroristas en ciudades y poblaciones cercanas a Marawi. El acceso a la localidad de Iligan, situada al norte de Marawi, fue cerrado para impedir que los rebeldes se confundan entre los habitantes.
Las autoridades militares creen que los extremistas intentan abandonar Marawi y hacerse pasar por refugiados en Iligan. Se calcula que hasta el 90% de los más de 200 000 habitantes de Marawi ha huido y que más de 2 000 personas están atrapadas en los distritos asediados de la ciudad.
Los rebeldes islamistas pertenecen en su mayoría al grupo terrorista local Maute, fiel a la milicia terrorista Estado Islámico.