Cuando Sixto Vizuete se hizo cargo de la Selección Nacional, dijo que pensaba utilizar a los juveniles que ganaron el oro panamericano para buscar el cupo al Mundial. Su meta: que esa generación ganadora fuera la base de la renovación que necesitaba la Tricolor. De hecho, en el duelo en que la Tricolor goleó por 5-1 a Perú, hizo debutar a Jefferson Montero, quien entró a los 83 minutos en lugar de Christian Benítez.
Esa fue la única ocasión en que Vizuete utilizó un jugador del pomposo oro panamericano. Faltó a su promesa. A los pocos que convocó, los tuvo de esparrin de los ‘históricos’, quienes no se sometieron a una purga como la que aplicó Luis Fernando Suárez cuando llegó al plantel y barrió con el afrecho.
Fue necesario esperar a que Ecuador tuviera medio equipo tarjeteado para que el entrenador volviera la vista a Montero, quien ayer le dio al país un regalo inesperado: mantener con vida a la Tricolor en su meta de obtener el cupito de la repesca, en vista de que el pase directo es imposible conseguirlo.
¿Qué hubiera pasado siMontero y los demás panamericanos hubieran sido integrados al proceso? ¿Dónde estaba Montero este tiempo? Estaba jugando, esperando que el técnico Édiso… perdón, Sixto Vizuete lo dejara jugar.