Redacción Esmeraldas
Ayer, los habitantes de Mompiche que viven frente a la playa levantaban barricadas. El fin es evitar que el mar continúe destruyendo sus viviendas. Desde el fin de semana, los fuertes oleajes mantienen atemorizados a los 800 habitantes de este balneario, ubicado en el sur de la provincia de Esmeraldas.
En la mañana del martes y en la madrugada de ayer, el mar golpeó con más fuerza. Así comentó Alegría Solórzano, quien al despertarse se dio cuenta que el agua había ingresado a su vivienda.
Sobre la emergencia
Según la Secretaría de Gestión de Riesgo de Esmeraldas, 40 viviendas se afectaron en Mompiche. Cuatro resultaron destruidas, mientras que en Eloy Alfaro, Rioverde, Esmeraldas, Muisne y Atacames, 235. Este fue el saldo que dejó el oleaje de enero.
En Rioverde se destruyó completamente el malecón. Los habitantes de esta localidad, ubicada el norte de Esmeraldas, solicitan la construcción de un muro rompeolas. Estas noticias preocupan a los empresarios turísticos de esta zona.
Con la ayuda de su hijo Boris, de 13 años, Solórzano llenaba ayer sacos de yute con arena. “El Municipio de Muisne entregó 160 fundas. Me dieron 40 para levantar un muro”, aseguró.
Con esta medida, los vecinos intentan frenar la erosión que han causado los fuertes oleajes y que amenaza con llevarse las casas y quioscos levantados cerca de la línea costanera.
Alegría Solórzano está muy preocupada por la fragilidad de su casa, construida con madera y caña guadúa. Desde el segundo piso le saludaba con la mano uno de sus cuatro hijos. “Tengo temor por los niños”, dijo. Por eso, la noche del martes envió a sus pequeños a la casa de su padre. A pocos metros, cinco muchachos colocaban una barrera para resguardar otra vivienda.
Javier Ortega, propietario del restaurante Económico, instalado en la vía principal, comentó que las olas arrasaron con, al menos, 150 metros de playa. En su propiedad, precisamente, el agua abrió una zanja de 1 metro de profundidad por 1m de ancho.
Con la ayuda de Ricardo Lozano, su yerno, levantaba un muro usando troncos y tablones. Una retroexcavadora del Cabildo ayudaba a construir las barricadas.
“A pesar de todo hemos tenido suerte”, coincidían Solórzano y Ortega. Se referían a que otros vecinos vieron cómo el mar destrozaba sus propiedades. Este es el caso de Édgar Intriago, propietario de un comedor, de 30 m².
“Esa construcción costaba cerca de unos USD 5 000. Tenía hasta baldosas en el piso y tanque de reserva para el agua”, informó Arturo Zambrano, constructor de casas de madera.
Los aguajes fueron tan fuertes que se llevaron hasta la cocina de gas del restaurante. Ayer, Zambrano, junto con cuatro trabajadores, recogía las maderas del local destruido para reutilizarlas en un nuevo comedor, que construirá 40 metros más adentro.
Mompiche no fue el único lugar afectado del cantón Muisne. Según Rodrigo Morillo, funcionario de la Secretaría Nacional de Riesgos de Esmeraldas, también hubo problemas en Daule y en Las Manchas. Se estima que 40 viviendas y quioscos dedicados a la venta de comida en las playas se han destruido en estos poblados.
Estos problemas, precisamente, obligaron al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Muisne a declarar en emergencia al cantón. La medida parece que está dando resultados, especialmente para pedir recursos para obras de reconstrucción y prevención de daños por los aguajes.
Morillo informó que a Muisne se le entregarán USD 7,6 millones hasta 2012, para ejecutar 23 proyectos. Mientras que a los cantones Esmeraldas, Quinindé, Rioverde, Eloy Alfaro, Atacames, San Lorenzo y La Concordia se han asignado USD 2,4 millones. De este monto, el Gobierno ya ha desembolsado el 70%.