El diseño de muebles y accesorios es directamente proporcional al desarrollo contemporáneo del hombre.
De hecho, el mobiliario -en el hogar o en la oficina- forma parte sustancial de la vida de la gente.
Mientras, por un lado, las personas buscan optimizar su hábitat dotándolo de mayores comodidades y equipamientos; por otro, el valor siempre creciente del suelo hace que los espacios habitables se reduzcan cada vez más, conspirando precisamente contra ese confort y relax que busca el ser humano.
¿Cómo congeniar estas dos contradicciones que, curiosamente, se fusionan entre sí? Hay algunas formas, aunque la utilización de los muebles modulares es la preferida actualmente, sobre todo por su versatilidad, flexibilidad y precio conveniente.
Los cajones grandes, las alacenas, las baldas (especies de alacena), las repisas y los viejos escondites para guardar utensilios pertenecen a este grupo de mobiliario. Y vuelven a estar a la moda… con una variación: ya no son reducto exclusivo de las cocinas, sino que se distribuyen por todos los ambientes de la casa.
Estos modulares, asimismo, se han convertido en multifuncionales; es decir, sirven para realizar varias actividades al mismo tiempo sin que el espacio se vea desordenado y alborotado. Y aprovechan hasta el más mínimo espacio de una manera óptima.
Estos muebles son como varitas mágicas, pues permiten limpiar y organizar la estancia de mejor manera.
Se puede afirmar, sin eufemismos, que en la decoración y el diseño interior actual, el mueble modular impone el estilo. Los talleres internacionales, a su vez, imponen sus creaciones.