La actividad minera ilegal en el norte de Esmeraldas se realiza en 52 frentes

Actividades informales se registran cerca del río Cachaví, en Esmeraldas. Los pobladores y rescatistas se concentraron en la mina de Los Ajos (derecha). Fotos: archivo particular y cortesía de las Fuerzas Armadas

La actividad minera está prohibida en los cantones San Lorenzo y Eloy Alfaro, situados en el norte de Esmeraldas, desde el 24 de marzo del 2011.
En esa fecha, un juez de San Lorenzo dictó la medida cautelar, que prohíbe toda explotación minera, legal e ilegal. Con ello se trató de evitar que los buscadores de oro continuaran contaminando los ríos con químicos y afectaran a los habitantes de las comunidades que consumen esa agua.
La medida cautelar, que fue ratificada el 4 de junio del 2018, sigue vigente, explica Mauricio Almeida, coordinador zonal norte del Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables.
A pesar de la restricción y de la destrucción, con dinamita, a cerca de un centenar de máquinas en los dos cantones, en mayo del 2011, la minería informal no se ha detenido en el norte de Esmeraldas.
La tragedia ocurrida el miércoles 18 de noviembre del 2020 en el recinto Los Ajos, de la parroquia Urbina, en el cantón San Lorenzo, revela que la actividad se mantiene.
Cinco personas fallecieron y tres fueron rescatadas con vida, luego de un deslizamiento en una mina ilegal. Ocurrió cuando ellas lavaban el oro, en una perforación de 70 metros de diámetro y 40 de profundidad. El accidente sucedió a las 13:00. La Policía llegó primero al lugar e hizo el rescate.
En Los Ajos había consternación, pero las personas se negaban a entregar detalles del trabajo minero y de los responsables del área, según la Policía.
Algunos funcionarios no ingresaron por temor a represalia de la misma comunidad.

La actividad minera en Urbina se ha realizado en los ríos con bateas de madera, sin la utilización de químicos.
Desde hace 20 años, cuando empezó la explotación a cielo abierto con el uso de retroexcavadoras, las mujeres y niños ingresan a las lagunas para lavar oro con sus bateas.
La mina de Los Ajos es uno de los tres frentes que hay en Urbina, pero entre San Lorenzo y Eloy Alfaro se han identificado 52 frentes ilegales, según las autoridades.
Los mineros que buscan oro se instalan junto a los ríos -como el Cachaví, Santiago, Cayapas, Cuchiví, entre otros-. En las orillas de los afluentes abren fosas gigantes para buscar el metal dorado.
Este Diario conoció de una fuente confiable de la zona que a lo largo del río Cachaví hay decenas de instalaciones ilegales para extraer material aurífero y procesarlo. El inversionista ilegal se ocupa de adquirir las máquinas y montar el campamento, y cuenta con el trabajo de un maquinista que llega a ganar USD 1 200 al mes.
Asimismo, paga el salario básico a 24 personas (en dos turnos diarios) que cumplen las tareas de apilamiento y chancado del material, así como de cocina y otras tareas logísticas. Se estima que el dueño de uno de estos negocios puede obtener ingresos mensuales sobre los USD 300 000.
A la vez, por su cuenta operan minadores que ingresan subrepticiamente en los forámenes que hacen las retroexcavadoras. Entran a buscar el oro con bandejas y no usan mercurio; lavan el material en el río. Corren grandes riesgos por la inestabilidad del suelo, agravada por el modo en que se extrae y se apila el material. En un buen día uno de ellos puede extraer USD 300 en oro.
En algunas zonas, los pozos y los ríos están cubiertos por agua de color blanco, por la contaminación con mercurio, comenta Gustavo Acosta, comandante de la IV División del Ejército Amazonas, que tiene a su cargo la seguridad de la frontera con Colombia.
Periódicamente, los militares realizan patrullajes por tierra y aire, para verificar actividades ilícitas. Cuando encuentran un foco de producción de minas informan a la Agencia de Regulación y Control Minero que, junto a la Fiscalía y Ministerio del Ambiente, organizan los operativos.
En los campamentos mineros generalmente se encuentran maquinarias, como retroexcavadoras, bombas de agua, plantas eléctricas, etc., que unas veces son confiscadas y otras, destruidas. Según Acosta, en este año se han realizado siete operaciones en el norte de Esmeraldas.
En la comunidad Durango, de San Lorenzo, se hicieron dos intervenciones y se decomisó la maquinaria. En esas zonas se observan vestigios de piscinas con aguas estancadas y grandes extensiones de tierra de color ladrillo donde antes hubo vegetación.
Nathalia Bonilla, presidenta de Acción Ecológica, explica que la minería ilegal de oro es uno de los mayores problemas en esta zona. Para ella, esto se intensificó durante la pandemia, ya que la minería ilegal no se detuvo en la cuarentena.
Con esto coincide Eduardo Rebolledo, investigador de la Escuela de Gestión Ambiental de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, quien estudia la calidad del agua de los ríos de la provincia. El río Cachaví es el que registra mayor afectación.
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