Al contagiarse con la gripe AH1N1, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, se ve obligado a dejar temporalmente de lado la mediación en la crisis en Honduras.
Pero el premio Nobel de la Paz, de 68 años, además, atiende los asuntos presidenciales desde su casa para recibir tratamiento por la influenza. Autoridades dijeron que pudiera recuperarse la semana entrante ante la debilidad de los síntomas.
Médicos del Ministerio de Salud comenzaron a revisar a la gente que tuvo contacto con Arias, incluyendo a miembros de su Gabinete, dijo ayer la oficina del Mandatario, un día después de que se le diagnosticó el virus. Arias se convirtió en la figura pública más importante en infectarse con el virus que ha provocado una pandemia.
Arias recibe el medicamento Tamiflu para combatir los síntomas de dolor de cuerpo y fiebre, pero seguía trabajando frente a su computadora y contestando llamadas telefónicas, anotó la portavoz de
la Presidencia, Lisbeth Barbosa.
Desde el mes pasado, Arias ha sido mediador en la crisis política desatada en Honduras por el golpe de estado del 28 de junio.