Los cuerpos sin vida fueron hallados el pasado sábado por agentes de la Policía. Foto: Cortesía
Las puertas de las casas se mantienen cerradas. Las ventanas fueron reforzadas con hierro y con pedazos de madera. “Tenemos miedo”, dicen los vecinos. Cuentan que los niños dejaron de salir en las tardes.
En Proletarios sin Tierra, un barrio guayaquileño que está en el Guasmo Sur, la gente asegura que el múltiple asesinato reportado el sábado 13 de marzo del 2021 es solo una señal de los enfrentamientos entre grupos armados.
Ese día aparecieron sin vida cinco integrantes de una misma familia. El caso todavía está en indagación, pero las autopsias indican que fallecieron violentamente. Uno murió con un disparo en la cabeza. El resto, incluida una niña de 2 años de edad, fue degollado.
Las primeras pistas apuntan a que este hecho fue perpetrado por enemigos de Los Lagartos. Uno de los fallecidos habría tenido vínculos con esta organización, que ha mantenido enfrentamientos con Los Choneros. Incluso ha provocado matanzas en las cárceles.
“Dicen que solo venían por uno de la familia, pero al final mataron a todos. Desde que hubo la masacre en las cárceles, las amenazas aumentaron aquí en el Guasmo. Todo el mundo sabe que cuando hay muertos de un lado, los otros toman venganza”, señala un dirigente que maneja el sector.
La Policía admiten que, tras los enfrentamientos en las prisiones, el pasado 23 de febrero, la tensión entre los grupos ilegales creció en las calles.
En Guayaquil, los agentes activaron operaciones en cuatro zonas: Guasmos, Esteros, Isla Trinitaria y Durán. En Los Ríos, Manabí y El Oro también se aumentaron patrullajes para resguardar los barrios en donde operan las bandas.
Cuatro días luego de que se produjera la masacre de los presos, miembros de los Lagartos y Los Choneros se enfrentaron en alta mar, en El Oro. El cruce de balas se produjo hasta Puerto Bolívar. Una persona fue asesinada y otras siete resultaron heridas.
Los investigadores decomisaron ametralladoras y pistolas en las casas de los sospechosos. Uno de los detenidos tenía en su brazo un tatuaje que decía “100% Chonero”.
Datos levantados muestran que esta organización fue la más afectada en la gresca de las cárceles. 35 integrantes fueron asesinados, mientras que Los Lagartos perdieron a 29. En total, en las cárceles de Guayaquil, Azuay y Cotopaxi fallecieron 79 detenidos.
En Manabí, la Policía tiene un mapa de las zonas donde operan Los Choneros. Así se ha determinado que en barrios populares de Manta sospechosos llegan y reclutan a los jóvenes. “Les hablan de Rasquiña y del poder que tuvo. Les dicen que tienen la misión de vengar su muerte y la de sus ‘hermanos’ que fueron asesinados en las cárceles”, cuenta un agente que trabaja en el caso.
Rasquiña era el cabecilla de Los Choneros y fue asesinado en Manta, en diciembre.
En Babahoyo (Los Ríos) también empezaron aparecer grafitis con las frases “Muerte a los Lagartos” y “Chonero nunca muere”. A la par se difunden comunicados de las organizaciones delictivas.
En esos mensajes se dice que “empieza la guerra de forma frontal, por todos los frentes. No vamos a permitir que se siga asesinando a miembros de nuestra organización”.
En los exteriores de la cárcel de Babahoyo se montó un dispositivo de seguridad, para evitar posibles ataques.
Entre tanto, en sectores populares de Guayaquil, como el Suburbio, los moradores dicen que durante las noches se escuchan disparos. Los vecinos aseguran que son señales de amenazas a quienes son parte de bandas contrarias o a quienes se niegan a unirse a ellos.
En febrero de este 2021, un joven, de 20 años, que vivía en las calles J y 20 fue asesinado con cinco disparos. Integrantes de Los Choneros se atribuyeron este hecho violento.