El barrio María Guadalupe es afectado por las lluvias. Foto: EL COMERCIO
Al barrio María Guadalupe es difícil llegar. Sólo es accesible por una vía empedrada que nace de la Simón Bolívar, a la altura del sector Triángulo de Piedra. Más allá solo hay casas de aspecto ruinoso, agarradas a un monte que parece querer liberarse de ellas. Antes de llegar, desde un improvisado altar de la Virgen, se divisa al sector donde el pasado martes hubo deslizamientos de tierra a causa de los aguaceros.
Ese martes la lluvia cayó con intensidad (1,2 milímetros) en el oriente de Quito, concretamente en Cumbayá. Pero Homero Jácome, del Inamhi, resalta que en los sectores de la av. Simón Bolívar pudo haber llovido más de 15 milímetros. Los meses con más precipitaciones son: abril, octubre, noviembre y diciembre.
Por eso, los últimos meses del año no son bienvenidos en María Guadalupe. “Estamos preocupados con la llegada de la lluvia, porque lo único que nos ha traído son desgracias”.
La frase es de Javier Cuji, vecino de la zona y uno de los más afectados por el temporal.
Una parte de su casa, levantada cerca del camino, fue destruida por el lodazal que cayó a eso de las 19:00. “Ese martes preferimos merendar pronto y salimos del cuarto (dormitorio), el granizo y los rayos anunciaban algo malo. Cuando la lluvia fue más fuerte, sentimos un estruendo”.
La pared de la habitación se vino abajo por la fuerza del lodo que cayó de la calle. “Como no hay veredas ni sumideros, la lluvia viene del llano e inunda todo a su paso”, dice José Varela, vecino del sector.
Según el Atlas de Desastres Naturales, entre el 2005 y el 2009, en el Distrito se produjeron 458 movimientos en masa (deslizamientos de tierra). La zona más afectada fue el Centro; ahí hubo 85 casos.
El deslizamientos de tierra no es nuevo para Cuji. Lo padece desde hace 8 años, cuando llegó al sector. Su terreno es de 200 metros cuadrados y la tierra se desmorona cada vez que llueve. Lo recomendable: levantar un muro de cemento.
El más barato (de 10 m de largo por 6 de alto, con 30 cm de ancho) puede costar USD 1 500; mucho dinero para un albañil que gana 120 a la semana.
Según Juan Zapata, secretario de Seguridad del Distrito, hasta el momento se han reportado deslaves y deslizamientos en El Vergel, Santa Rosa, La Unión, Armenia Dos, Guápulo, Atucucho, Pulida Alta, Nayón, Vista Hermosa, La Planada, Rumihurco. En algo más de 30 sectores.
Cuji siente temor; piensa que como habita en un sector que no está regularizado las autoridades no le ayudarán. Pero Zapata indica que el Municipio ofrece “respuestas inmediatas a todos los sectores”.
Mas, la mayor atención está puesta en las administraciones: Calderón, Tumbaco, Los Chillos y Eugenio Espejo. No se descuida el resto de zonas, pues el plan de inundación contempla 22 barrios por este motivo y 90 por movimiento de masa que son monitoreados.
Cada año, en María Guadalupe hay deslaves que tumban las casas. Por eso, cuando llueve, Cuji y sus vecinos se encomiendan a su Virgen que los vigila desde la entrada al barrio.