La marcha de los trabajadores recorrió la calle Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
La convocatoria de la marcha de los trabajadores, en la avenida 10 de Agosto, empieza a tomar fuerza. A los manifestantes, en este Día del Trabajo, se sumaron miembros de la Federación de Servidores Públicos, jubilados, Conaie, combatientes del Cenepa, entre otros.
La congregación, que se fue armando en varios grupos (algunos llegaron desde el parque El Arbolito), se extiende desde el Consejo Provincial hasta la Caja del Seguro.
Miguel García, presidente de la Federación de Servidores Públicos, denunció que supuestamente muchos de “sus compañeros fueron obligados a marchar a favor del Gobierno”.
Quienes tomaron la decisión contraria, marchar con los diferentes gremios y organizaciones, lo hicieron pese a la advertencia, indicó el dirigente.
Los jubilados también gritas proclamas de su descontento por las reformas a la Ley de Seguridad Social.
Luz América Naranjo, jubilada de 72 años, no fue la excepción. Llegó desde El Pintado, sur de Quito, para mostrar su rechazo, principalmente, por el retiro del aporte del Gobierno del 40% para las pensiones jubilares.
El letrero común en los cesantes fue el de un burro detrás de un escritorio, con la frase: “No debo ni un centavo”, haciendo alusión a la discutida deuda que, supuestamente, el Gobierno tiene con el IESS.
Una imagen que se repite en dos puntos de la marcha fue la de féretros con mensajes en contra del régimen. Uno de ellos, con fotografías de asambleístas como Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional. La leyenda tenía un mensaje: “Traidores de la patria”.