Las llamadas telefónicas son la principal forma de extorsión a personas en Ecuador. Desconocidos y vinculados a bandas delictivas consiguen que sus víctimas paguen altas sumas de dinero, tras amenazas a través de esas comunicaciones.
El 2022 fue el año en el que más repuntó este delito con respecto a los tres años anteriores.
Las denuncias pasaron de 1 564 a 2 700 casos, entre 2019 y 2021.
Para el 2022, la cifra escaló considerablemente a 7 473 extorsiones, de acuerdo con datos de la Policía Nacional. Es decir, en 2022 el incremento fue del 177% con respecto a 2021.
Extorsiones entre los primeros
En 2022, la extorsión se ubicó como el octavo delito de mayor recurrencia, de un total de 53 que monitorea la Policía.
En el análisis de casos de esta entidad se precisa que los robos a personas, hurtos, estafas, robos de carros y domicilios siempre han sido los de mayor connotación.
Ahora la extorsión a personas figura dentro de los principales delitos. Esto debido a que las organizaciones delincuenciales ampliaron el radio de acción delictiva, por los conflictos que mantienen con otras bandas.
Con el dinero de las extorsiones a personas financian su “guerra“, compran armas y municiones.
Este argumento es recurrente en la mayoría de las llamadas, según las denuncias. Los blancos generalmente son empresarios, dueños de grandes negocios y emprendimientos prósperos.
Pandillas delinquen con este delito
Inteligencia de la Policía también dice que pequeñas células delincuenciales aprovechan el conflicto para hacerse pasar como parte de las grandes bandas.
Las extorsiones de estos grupos se reducen a los barrios donde operan. Ahí extorsionan a tiendas, pequeños restaurantes, licoreras, entre otros.
La Policía informó que en 2022 unas 32 bandas delictivas fueron desarticuladas en Ecuador. Se dedicaban a la extorsión, robo de carros, a personas, etc.
Más extorsiones en cinco provincias
Los distritos metropolitanos de Guayaquil y Quito y las provincias de Los Ríos, Esmeraldas, El Oro, Manabí y Azuay figuraron como los principales en casos de extorsiones en 2022.
Las víctimas cuentan que les exigen como mínimo USD 10 000 a cambio de no atentar contra sus vidas.
A medida que pasan los días, las presiones aumentan al punto que dan detalles sobre los negocios, propiedades, movimientos de familiares y las consecuencias violentas si no cumplen con la entrega del dinero.
En casos más extremos les dejan una hoja volante en las casas y finalmente les colocan artefactos explosivos.
Esta dinámica ocurrió en Esmeraldas en 2021. La Policía acudió a varios llamados para que desactivaran esos artefactos.
Pocas denuncias
Un fiscal que siguió esas denuncias, José M, explica que las estadísticas no reflejan la real magnitud de las extorsiones.
A su despacho llegan personas que buscan ayuda, pero luego evitan denunciar.
La falta de una solicitud formal para investigar impide actuar a otros entes, como la Unase, para que neutralice a los extorsionadores, asegura el judicial.
Él también ha conocido casos de personas que fueron secuestradas por las bandas y por cuyo rescate pedían dinero.
En las denuncias de la Policía solo constan dos casos de secuestros exprés en 2022 ocurridos en Quevedo (Los Ríos) y este 2023 un caso en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Sin embargo, Álex Estupiñán, ex jefe del ECU 911 en Esmeraldas, señala que hace falta una cultura de información para conocer cómo proceder en temas de extorsiones.
Una llamada directa al ECU 911 permite que el operador ponga en contacto a la víctima con un agente de la Unase.
Pero hay desconfianza en todo el sistema, ya que las denuncias son conocidas casi al poco tiempo por los mismos delincuentes, señala una mujer de la tercera edad y que accedió a un pago para evitarse problemas.
Ella denunció su caso en 2022 y en minutos recibió una nueva llamada del desconocido, que le dijo que sabe que acudió a la justicia para contar lo sucedido. El nivel de amenaza llegó a insultos y luego a disparos contra su vivienda.
Otras modalidades de extorsión
Una segunda modalidad extorsiva detectada es la revelación de asuntos privados. Sucede cuando la víctima, por ejemplo, accede a envíar fotografías a supuestos perfiles de personas que conoce en redes sociales.
En esos mensajes hay un intercambio de poses sugerentes, entonces el extorsionador le pide dinero para no revelar la intimidad con sus familiares o pareja.
En la lista de los casos también están las extorsiones para evitar acciones judiciales, es decir, supuestas denuncias de personas aparentemente agraviadas. Le siguen los casos de secuestros de vehículos para que paguen por su devolución.
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