Redacción Construir
construir@elcomercio.com
Los acabados metalizados se imponen en cocinas, paredes, muebles, accesorios y baños. Con el retorno del art deco, el metal se impuso nuevamente como uno de los materiales favoritos en materia de decoración.
Para preservar su valor decorativo se debe realizar un mantenimiento regular, ya que la corrosión y el óxido pueden estropear seriamente un objeto que está elaborado con hierro.
Para la limpieza y el cuidado del hierro, utilice un trapo de algodón que no suelte pelusa, frote con firmeza y descubrirá las irregularidades: notará que el trapo no pasa con facilidad por los lugares donde el acabado se ha levantado o donde se ha generado óxido, especialmente en las juntas.
Trate de eliminar el óxido con un cepillo de cerdas metálicas, procurando levantarlo y alisar la superficie, con una especie de lijado a través del cepillo.
Luego de eliminar los residuos aplique laca si quiere mantener el objeto al natural o prepare el material con una capa de pintura anticorrosiva y luego utilice esmalte.
La pintura anticorrosiva debe colocarse luego de que el objeto ha sido lijado a conciencia. Luego de que se ha dado la mano, es menester lijar nuevamente, pero de una manera suave, para que la superficie quede uniforme.
Si el objeto en cuestión es muy valioso es mejor que vuelva a repetir la operación de la pintura anticorrosiva y el lijado posterior.
Entonces puede pintar con el esmalte o el acrílico. En la actualidad existen diversos tipos de pinturas elastoméricas que resisten muy bien la acción de los agentes naturales. Una última cosa: antes de colocar la pintura en la pistola a soplete pásela por una media nailon para filtrarla bien.