Bob Woodward (izq) es el periodista que junto con Carl Bernstein
revelaron la corrupción del presidente Richard Nixon, en 1972, con el caso Watergate. Su nuevo libro, ‘Miedo en la Casa Blanca de Trump’, ha causado la ira del Presidente de EE.UU. (izq). Foto: AFP
Mañana, 11 de septiembre del 2018, sale a la venta el libro ‘Miedo en la Casa Blanca de Donald Trump’, escrito por uno de los mejores periodistas estadounidenses. Bob Woodward, un ícono del periodismo de investigación política en Estados Unidos.
En 1972,Woodward y Carl Bernstein, dos jóvenes reporteros del Washington Post, comenzaron a revelar que la irrupción en la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata, en el edificio Watergate, en Washington D.C., no se trataba de un simple robo. Era la punta del iceberg de un sistema de socavamiento de la institucionalidad estadounidense en la Presidencia de Richard Nixon. En 1974 -cuando el camino se allanaba hacia el ‘impeachment’ (juicio político para su destitución)- Nixon fue el primer presidente de EE.UU. en renunciar a su cargo.
Si títulos precedentes, como ‘Fuego y furia: dentro de la Casa Blanca de Trump’, del periodista Michael Wolff, o ‘Desquiciado’, de Omarosa Manigault Newman excolaborada de Trump, se han vendido como pan caliente en Estados Unidos y en otros países (al menos en Ecuador, según libreros consultados por este Diario, el de Michael Wolff ha tenido buenas ventas), el de Woodward está enloqueciendo a Amazon.
El 4 de septiembre, siete días antes de su lanzamiento oficial, ya ocupó el primer lugar en el ‘top 100’ del sitio de ventas en línea. Y la empresa confirmó que está en el tope de los libros políticos y que en apenas seis horas saltó del duodécimo al primer lugar.
“Es difícil imaginar un retrato más inquietante de un Presidente que el que Bob Woodward pintó de Richard Nixon en sus últimos días”, dice Jill Abramson, exeditora ejecutiva del New York Times en una columna del Washington Post, en el que aún trabaja Woodward.
“Paranoico, envenenado por el poder, golpeando la alfombra y hablando con los retratos de las paredes. Pero los primeros días de la Presidencia de Donald Trump (…) son sorprendentemente similares y, en cierto modo incluso, más desgarradores. Entonces, como ahora, el país enfrentó una crisis de liderazgo causada por los defectos fatales del Presidente y su incapacidad para funcionar en el trabajo”.
Nixon, al igual que Trump, quiso acabar con la prensa, tal como se puede ver en las películas ‘Todos los hombres del presidente’ y ‘The Post’. La batalla que libra el actual ocupante de la Casa Blanca con los medios de comunicación se acrecentó hace cuatro días por la carta anónima de un alto funcionario de la Casa Blanca que refirió a la “resistencia” dentro de la Administración para frenar políticas de Trump que podrían perjudicar al país.
Los efectos políticos se pueden ver y no solo se refieren a la amenaza (no tan consolidada) de un juicio de destitución, sino al impacto sobre los republicanos en las elecciones de noviembre, conocidas como las de ‘medio término’.
Según Reince Priebus, el exjefe de Gabinete de Trump, el dormitorio presidencial es “el taller del diablo” cuando el Mandatario se dedica, domingos por ejemplo, a escribir por la red social Twitter. Al cierre de esta edición, el Presidente no se refirió al libro ni a la carta anónima. Se dedicó a criticar nuevamente al fútbol americano y sus signos antirracismo y anti-Trump.
Trump también prefirió destacar algo que es real: los buenos resultados económicos de su gestión: crecimiento y empleo. Paradójicamente, no es una buena señal para los candidatos republicanos. Ellos quieren usar esos datos para sus campañas, pero Trump exige otra cosa: que se hable de él.
Dos altos líderes republicanos, Mick Mulvaney, director de Presupuesto Federal, y Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano, admitieron que están luchando duramente contra un muy probable revés en las urnas. Ted Cruz, uno de los más destacados senadores del Partido Republicano, corre serios riesgos de perder su reelección por Texas porque no es “suficientemente agradable”.