Redacción Cultura
Con el fin de “ahondar en las temáticas y pasar del mero espectáculo a un tratamiento más profundo de la cultura”, el ministro Ramiro Noriega presentó la Ley y el Sistema Nacional de Cultura. Fue dentro de un debate entre gestores y actores culturales del país. Allí, se explicó el proyecto partiendo de la importancia de la cultura en la Constitución.
Una vez en el proceso, el Ministerio hizo un diagnóstico de las entidades que manejan la cultura, tanto en bienes patrimoniales como en expresión artística. El estudio, enfocado en las tareas del Fonsal, el Banco Central, la Casa de la Cultura y otras instituciones, halló ineficiencias.
Una, según el estudio, fue la inequidad entre gasto corriente y de inversión de fondos públicos y una desigualdad territorial por el centralismo de la gestión. Agrega que a ello se sumó un caos jurídico, causado por de leyes y reglamentos sin proyección.
A partir de ahí, el Ministerio hizo su plan con enfoque de reestructuración, con políticas públicas para “dar vida a la Constitución” que destaca las expresiones culturales ancestrales y se inserta en el Sumak Kausai.
El plan consta de seis políticas para alcanzar metas fijadas para 2013. Estas garantizan que las memorias colectivas e individuales y los patrimonios culturales prevalezcan en el tiempo y que estén al servicio de la ciudadanía y del Estado para el diseño de los diversos imaginarios; fomentan la construcción y el desarrollo de la memoria social contemporánea tanto en sus expresiones culturales como en la producción literaria y artística, libres y diversas, sin discrecionalidad.
Además, se refieren a la democratización del espacio público, a la gestión cultural nacional descentralizada, al fortalecimiento de un Estado plurinacional desde la cultura y a la promoción de las relaciones intersectoriales nacionales e internacionales.
Según lo planteado por el Ministerio, el Sistema Nacional de Cultura eliminará “el caos legal e institucional para estructurar un modelo más dinámico”. Noriega aclaró: “El Sistema Nacional de Cultura no es una institución nueva, es una categoría, un concepto”. Así, el Ministerio será un órgano rector y regulador de dos subsistemas: el de la Creación y de la Memoria y Patrimonio.
El primero agrupa a la Subsecretaría de Fomento a la Creación, el Instituto de Artes (con los conservatorios y las compañías nacionales), el Instituto Nacional del Audiovisual y una reestructurada Casa de la Cultura.
El segundo tiene una subsecretaría de la Memoria y el Patrimonio. Se reúnen en él el Instituto de Investigación de la Memoria Social y el Patrimonio, el Instituto de Museos, Sitios y Espacios Patrimoniales, y el Instituto de Bibliotecas y Archivos. Los bienes patrimoniales, antes bajo responsabilidad y administración del Banco Central, serán transferidos a esta categoría.
Por otra parte, para la estructuración de la Ley, en cuanto a creación artística, el Ministerio hizo congresos y asambleas con representantes de cada sector del arte en el país. Después se redactó el documento que fue entregado el viernes a la Asamblea Nacional, para debate y aprobación.
Punto de vista
Mario Oñate / Pintor
Debo revisar el documento para pronunciarme, pero sé que había rechazo porque favorecía al Consejo Nacional de Cine, ya que el Ministerio está muy relacionado con el cine. Buscamos equidad en la Ley de Cultura y estamos alerta a su aplicación a favor del artista. Desconfío de cómo se manejó el proceso. En los 100 días por la cultura, no hubo un sistema en las reuniones, en el tercer o cuarto congreso se empezó nuevamente de cero.