Ciudad Constitución, México. Reuters y AFP
Los vientos y la lluvia del huracán Jimena golpearon ayer con fuerza la península mexicana de Baja California, donde derribó postes, árboles y algunas endebles viviendas.
Jimena impactó en la costa oeste de la península como huracán categoría 1 con vientos de 145 kilómetros por hora (km/h) y fuertes ráfagas. Residentes de la comunidad de Ciudad Constitución regresaron a sus casas inundadas para medir los daños por el paso de la tormenta.
Las precauciones
Empleados de los lujosos hoteles de Los Cabos colocaron tablones sobre las ventanas, cubrieron los muebles con plásticos y convirtieron las salas de conferencia en refugios para la tormenta, con camas plegables y juegos de mesa.
Familias pobres, empleados de hoteles y albañiles de Los Cabos se amontonaron en refugios montados en escuelas de la localidad, después de que unas 5 000 personas fueran evacuadas. Asimismo, en el puerto de San Carlos, postes de telégrafos y bodegas quedaron derribados, mientras que el muelle se rompió por un barco de pesca sin control y otra pesada embarcación se hundió. Autoridades no reportaron víctimas, pero dijeron que en el municipio de Comondú se vinieron abajo árboles y hubo decenas de techos destruidos, además de algunas carreteras y caminos locales dañados.
En todo el estado de Baja California Sur, unos 50 000 usuarios se quedaron sin servicio de energía eléctrica, dijo la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Jimena, que impactó en una zona donde jamás había golpeado un huracán y donde fueron evacuadas unas 3 000 familias, empapó antes el exclusivo balneario de Los Cabos y obligó a turistas a refugiarse en hoteles, pero no se reportaron daños serios.
Ayer el fenómeno climático perdía fuerza y el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) dijo que pudiera convertirse en las próximas horas en tormenta tropical. Jimena se ubicaba justo sobre San Buenaventura la tarde del miércoles y se dirigía hacia el norte a 20 km/h tras haber pasado por la extremadamente peligrosa categoría 4 y degradarse paulatinamente.
Cortinas de precipitaciones y fuertes vientos afectaron el extremo de la península, donde hay exclusivas canchas de golf, clubes náuticos y hoteles cinco estrellas en Los Cabos. Pero horas después, para el balneario ya había pasado lo peor de la tormenta e incluso la tarde de ayer salió el sol y turistas caminaban por las playas.
“Pensamos en irnos, pero fue mejor quedarnos”, dijo Nate Gray, de 24 años y procedente de Michigan, quien decidió permanecer con su esposa de luna de miel en Los Cabos unos días más.