Soldados israelíes entraron en Yatta, donde registraron numerosas viviendas y detuvieron a varias personas, tras el atentado en Tel Aviv. Foto: AFP
Israel anunció este jueves, 9 de junio, la suspensión de los permisos de entrada de decenas de miles de palestinos durante el ramadán tras la muerte de cuatro personas en un atentado cometido la víspera en Tel Aviv por dos palestinos.
Dos palestinos de aproximadamente 20 años abrieron fuego hacia las 21:30 (18:30 GMT) en Sarona, un barrio muy animado con bares y restaurantes, cerca del ministerio de Defensa.
Cuatro israelíes murieron, cinco resultaron heridos y los dos atacantes fueron detenidos, uno de ellos herido de bala.
Las imágenes de las cámaras de vigilancia dan cuenta del horror vivido durante el ataque. Dos hombres vestidos con traje y corbata, con pinta de ejecutivos, abrieron fuego de golpe con armas de mano, al parecer automáticas, en el restaurante Max Brenner, repleto de gente en ese momento.
Una de las víctimas fue ejecutada a quemarropa.
El balance podría haber sido más grave si no fuera que a uno de los atacantes se le atascó el arma y al otro se le cayó el cargador.
Cuatro israelíes, dos hombres y dos mujeres, perdieron la vida. Se trata de Ido Ben Arié, 42 años, Michael Feige (58) , Ilana Navé (39) y Mila Michaiev (32) , informó la policía.
Los autores del atentado fueron identificados como Jaled Mohammad Majamrah y Mohamad Ahmad Majamrah, dos primos de 22 y 21 años respectivamente, uno estudiante y el otro empleado, nacidos en Yatta, una localidad cercana a Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
Uno de los dos atacantes fue detenido sin heridas y el otro habría recibido disparos y se encontraría en un estado grave en un hospital.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de regresó de una visita a Moscú, acudió al lugar del atentado después de reunirse con el nuevo ministro de Defensa, Avigdor Lieberman.
“Habrá acciones intensivas de la policía, del ejército y otros servicios de seguridad, no sólo para capturar a cada cómplice de este asesinato sino también prevenir este tipo de actos”, dijo Netanyahu.
Registros durante la noche
Durante la noche, los soldados israelíes entraron en Yatta, donde registraron numerosas viviendas y detuvieron a varias personas, indicó una portavoz del ejército israelí. Yatta está cercada y nadie puede salir salvo por razones humanitarias, agregó la portavoz.
Por otra parte Israel anunció que congelaba 83 000 permisos de entrada de palestinos durante el Ramadán.
“Todos los permisos otorgados por el ramadán, en particular los permisos destinados a las visitas familiares [para los palestinos] procedentes de Judea-Samaria quedan congeladas”, anunció el COGAT, el organismo de coordinación de las actividades israelíes en los territorios palestinos.
Judea-Samaria es el nombre que utiliza el gobierno israelí para nombrar Cisjordania ocupada.
Una parte de esos permisos afecta a los palestinos que se trasladan a Jerusalén Este -la parte palestina de Jerusalén ocupada y anexada por Israel- durante el mes sagrado del ayuno musulmán, que comenzó el lunes pasado.
El gobierno israelí decidió también congelar todos los pedidos de permiso de los habitantes de Gaza, un territorio separado geográficamente de Cisjordania ocupada y de Jerusalén por el territorio israelí.
Numerosos habitantes de Gaza solicitan durante el ramadán poder salir de Gaza, un territorio sometido a un estricto bloqueo, para ir a rezar a la explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.
El ataque de Tel Aviv es el más mortífero cometido por palestinos contra israelíes desde el 1 de octubre pasado, cuando comenzó el actual ciclo de violencia.
Estados Unidos, Francia y la ONU condenaron el atentado. En cambio, el movimiento islamista Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, se felicitó de una “operación heroica” que prueba que “la intifada continúa”.
Israel, Jerusalén y los territorios palestinos viven una ola de violencia que ha costado la vida a 207 palestinos, 32 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un sudanés desde el 1 de octubre, según un recuento de la AFP .
La mayoría de los palestinos muertos eran autores o presuntos autores de ataques, la mayoría cometidos con cuchillos. Muchos de los atacantes procedían de la zona de Hebrón, en el sur de Cisjordania ocupada.
Este atentado es una primera prueba para Avigdor Lieberman que, pocos días antes de haber asumido el ministerio de Defensa, había acusado al gobierno de debilidad frente a los ataques.