Irán sigue adelante con su controvertido programa nuclear y aumentó en tres meses en casi un tercio, hasta 55,6 kilos, sus reservas de uranio enriquecido al 60%. Una pureza cercana al nivel necesario para fabricar bombas atómicas, informó este miércoles el OIEA, la agencia nuclear de Naciones Unidas. Un informe reservado, al que tuvo acceso EFE en Viena, precisa que la cantidad de uranio enriquecido por Irán a diferentes niveles (2%, 5%, 20% y 60%), aumentó entre mayo y agosto en 131,6 kilos, hasta 3 940,9 kilos. Muy por encima de los límites establecidos por el acuerdo de 2015 que limitaba el programa nuclear iraní.
Los inspectores destacan además la decisión de Irán de desconectar decenas de cámaras de vigilancia y verificación del OIEA. Lo que dificultará sus capacidades para dar garantías sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní.
Mientras sigue creciendo la producción del material fisible, con posible doble uso, civil y militar, Irán mantiene restringidas las inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en su territorio.
Concretamente, los iraníes niegan a los inspectores visitar cualquier tipo de instalación sin aviso previo. Tampoco dan acceso a los datos de vigilancia electrónica de la producción de uranio enriquecido. Irán, que desde 2019 no cumple sus obligaciones del acuerdo, justifica la producción de uranio enriquecido hasta un 60 % como material dedicado a fines médicos.
Actividad norcoreana
Del mismo modo, el OIEA alertó que Corea del Norte está ampliando la base de Punggye-ri, donde desde 2006 ha probado seis bombas atómicas. Con la construcción de nuevos edificios y trabajos para reabrir un túnel de pruebas.
En el texto se señala que el pasado marzo comenzaron los trabajos de excavación. Esto para “reabrir el túnel de pruebas después de su demolición parcial en 2018”.
Aquel año, Corea el Norte anunció con bombos y platillos el desmantelamiento de Punggye-ri. En un gesto con el que aseguró querer mostrar su compromiso para desnuclearizar la península coreana. El OIEA cree que las tareas de reapertura del túnel terminaron en mayo, y desde entonces se han añadido edificios y se han realizado trabajos para reconstruir la carretera que conduce a la base, afectada por lluvias torrenciales de los meses anteriores.
El OIEA también muestra su preocupación por la ampliación del programa de enriquecimiento de uranio y la continuación en funcionamiento de un reactor de 5 megavatios y la actividad en otras instalaciones, por parte del gobierno de Piongyang.