Soldados iraquíes transportan voluntarios a la base de Muthanna en Bagdad (Irak). Foto: EFE
Los combates que se viven en Iraq amenazan seriamente la seguridad de las inversiones y las perspectivas de crecimiento de su producción petrolera, esencial para la economía mundial, coincidieron este martes unos expertos reunidos en Londres.
“Con sus enormes reservas petroleras, Iraq es claramente el país que podría contribuir más al aumento de la producción mundial que necesitamos”, aseguró el ministro británico de Energía, Michael Fallon, en la conferencia “Iraq Petroleum 2014” que tiene lugar duarnte el martes y el miércoles en la capital británica.
Irak es el segundo productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con 3,4 millones de barriles por día, y tiene el 11% de las reservas del mundo).
El país esperaba alcanzar una producción de 8,4 millones de barriles por día a partir de 2018, dijo la semana pasada en Viena, en una reunión de la OPEP, el ministro iraquí de Petróleo, Abdelkarim al Luaibi.
“Más del 60% del aumento de producción de la OPEP en los próximos diez años vendrá de Iraq”, pronosticó Alirio Parra, exministro de Energía de Venezuela. “Solo Estados Unidos (que no exporta apenas crudo, ndlr) puede igualar el potencial de Iraq”.
“Para que eso sea una realidad, se requieren inversiones significativas desde ya mismo”, advirtió Fallon, recordando que “la situación política actual no es fácil”.
“La seguridad es fundamental para que Iraq se convierta en un gran productor de energía responsable, con el potencial de estabilizar el suministro y los precios en los próximos años”, aseguró el ministro británico.
Amenazas a las inversiones a largo plazo
Si bien los combates entre yihadistas y fuerzas de seguridad se limitan al norte y al oeste del país, dejando a salvo el sur petrolero, de donde parten el 90% de las exportaciones iraquíes, el deterioro de la situación no es propicio a futuras inversiones.
“Es importante para Iraq que haya un proceso político que normalice el modo en que el país está gestionado, que lo convierta en un buen lugar para invertir”, sobre todo a partir de 2016, cuando está prevista la próxima gran ola de inversiones en la prospección, dijo Hans Nijkamp, presidente para Iraq de la empresa británica Shell.
La situación actual “dificultará el acceso a Bagdad de los inversores potenciales”, advirtió Michael Knights, de la organización de debate Washington Institute for Near East Policy (Instituto Washington de política para Medio Oriente), recordando que el aeropuerto de Bagdad es un nudo de comunicaciones importante.
Así, “aunque no haya problemas” en las exportaciones, “el deterioro de la seguridad podría hacer que las inversiones se retrasasen o detuvieran, y entonces las previsiones de crecimiento tendrían que ser revisadas”, aseguró en una nota Michael Wittner, analista del banco francés Société Générale.
Los expertos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirmaron el martes en un informe que el aumento de la producción petrolera iraquí está “sujeto a grandes riesgos” por culpa del “resurgimiento dramático de la violencia”.
“El potencial de Iraq es evidente, pero todos sabemos que la capacidad de desarrollar ese potencial está seriamente comprometida”, coincidió Jeremy Greenstock, presidente de Lambert Energy Advisory.
“No se trata solamente de un problema de seguridad sobre el terreno (…), la comunidad de inversores necesita saber que Iraq puede gestionar sus asuntos y ofrecer beneficios a las inversiones”, estimó Greenstock.
“Recuerden que Iraq compite por las inversiones con el mundo entero”, dijo por su parte David Morrison, presidente de Wood Makenzie, poniendo como ejemplo de alternativas el petróleo de esquisto de Estados Unidos o los nuevos yacimientos en Brasil o el este de África.
Makenzie cree que una solución podría ser la revisión de los contratos, que quizás, según él, no son lo suficientemente lucrativos para las empresas extranjeras que trabajan en Iraq.