Hace años, en México se produjo un duelo muy singular: Marcelo Aguirre (Ecuador) competía contra Jörg Immendorff (Alemania) por el premio Marco, considerado en esa época el premio más grande a escala mundial, cuya bolsa consistía en USD 250 000.
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Presentación La exposición se presenta con el apoyo de Geuer&Breckner GmbH, galería de Düsseldorf propietaria de la obra. Son más de 130 grabados que corresponden a casi todas las series trabajadas desde 1968 hasta 2006 .
Escuela Immendorff, fue discí-
pulo de Joseph Beuys, el gran maestro alemán del neoexpresionismo es caracterizado por su agresividad y sus descarnados temas, en especial del cuerpo humano.
Exposición Está abierta en el Centro Cultural Metropolitano.spués de que el jurado deliberara durante todo el día y parte de la noche, el ecuatoriano se llevó el primer lugar, tal como lo cuenta María Elena Machuca, directora del Centro Cultural Metropolitano.
Sin embargo, Immendorff no se quedó tranquilo y volvió al siguiente año a concursar, con un resultado más que positivo, ya que ganó el esquivo premio.
Jörg Immendorff nació en Bleckede (Alemania), el 14 de junio de 1945, y tras una larga enfermedad llamada esclerosis lateral amiotrófica (ELA) falleció en Düsseldorf, el 28 de mayo de 2007. Cultivó varias técnicas de la plástica como el linóleo, la litografía, xerigrafía, además fue también escultor.
Durante su vida fue un apasionado de los medios impresos, en especial de la prensa amarilla, pero no por las noticias, la Dra. Beate Reifenscheid afirma que puede ser por “las posibilidades de reproducción y por ende de multiplicación de sus ideas”.
Siempre fue muy crítico de la política de su país, estuvo en contra de la división de Alemania, también centró su obra en el problema del artista y su interacción en la sociedad, ya que es la figura que “puede permitirse el auge y el derrumbe, triunfando o cayendo, que se atreve a decirlo todo, lo que los ‘otros’, los ‘borregos’ y conformistas sociales jamás siquiera osarían pensar”.
Era un trabajador incansable que pintó hasta el último de sus días. Tal vez es por eso que en su obra aparecen muchas abejas trabajando, pintando o volando. Sin embargo, el coleccionista de arte Dirk Geuer contó a María Elena una historia sobre las abejas en la obra de Immendorff.
Como el coleccionista y el pintor habían mantenido una buena amistad, a veces el primero hacía preguntas que el segundo se negaba a contestar, como el significado de las abejas. Como todo artista, Immendorff se negó a revelar el secreto abriendo la puerta de la interpretación personal. Después de algún tiempo,
Geuer estaba llenando un crucigrama y se encontró con el requerimiento: Sinónimo de abeja. Después de buscarlo, Geuer encontró con satisfacción las respuesta a sus dos preguntas, en alemán la respuesta es ‘imme’. Feliz como estaba, Geuer llamó a Immendorff para comunicarle su hallazgo, a lo que el artista se limitó a contestar un discreto: “Ya era hora”.
Pero no solo abejas habitan los cuadros de este artista. Más bien se trata de una verdadera fauna compuesta de monos, caballos, borregos, cerdos, gallinas, águilas; y por el lado de la flora, rosas.
En realidad no es que se hallaba comprometido con la causa ecológica (aunque esto no puede descartarse) sino cada animal cumplía con un papel metafórico. Immendorff normalmente se representaba con la abeja y el mono, ya que este animal tiene el carácter “decididamente irritante de imitar y no pensar autónomamente, emparejado a la anarquía contra los sistemas establecidos. El mono es listo y al mismo tiempo tonto”. En 2002 el pintor regresó de viajar por
China.
Conoció a la escritora Xu Pei, quien le contó la historia del ‘Rey Mono’ que es un ser sobrenatural y ambivalente quien logra la destreza de transfigurarse en 72 formas diferentes y de volar. Fue atrapado por Buddha, ya que utilizaba mal sus poderes. De esta historia surgió una serie encuadernada que “no ilustra la historia China, sino más bien la acompaña“.
Algunos linóleos de esta serie están en la exposición, así como la serie The Rake’s family, basado en la historia de Tom Rakewell. Personaje que fue conocido por “arribista y libertino”, y en su máxima esencia, un perdedor. “Se trata del ejemplo clásico de la sordidez moral y ética, de la personificación de la avidez por llegar a la fama y alcanzar el dinero”. Es el hijo y heredero de un adinerado comerciante londinense que no puede mantener el dinero de su herencia y lo pierde todo. Immendorff se identificó tanto con este personaje, que llegó a figurarlo como un alter ego suyo.
En esta serie de The Rake’s family, los personajes se repiten. Los cuadros (dibujados con lápiz) parecen estar a medio terminar. Pocas son las zonas de color que se encuentran: un sol amarillo, una maleta azul, una cruz invertida roja, entre otras. Entre los personajes figuran una contorsionista, una sombra, el bebé
Rakewell (es un niño regordete que va pintando pisadas en el suelo con un pincel), una madre ganso, entre otros. Con la recurrencia de estos personajes, el pintor fue impregnándoles de las cualidades de sus allegados y maestros. Todo termina en la pintura llamada The Rake’s progress, que es como un gran circo.