Redacción Ibarra
Kity Suárez llegó en silla de ruedas al coliseo Luis Leoro Franco, en Ibarra, con la esperanza de encontrar ayuda.
Ayer, a las 11:00, alrededor de 5 000 personas aguardaban el arribo del vicepresidente de la República, Lenín Moreno, para la presentación oficial de los resultados sobre las discapacidades en Imbabura. Esto, dentro de la misión solidaria Manuela Espejo.
Suárez, de 64 años, perdió la movilidad de sus piernas por causa de una vacuna mal administrada hace más de seis décadas. En la actualidad vende baratijas en los mercados y llegó con unos familiares al coliseo para pedirle al Vicepresidente que la incluya en los beneficiarios del bono.
No era la única. Una docena de personas en sillas de ruedas esperaban su oportunidad para aproximarse a Moreno en medio de miles de estudiantes, profesores, médicos e invitados.
En Imbabura, la misión trabajó con 700 personas entre médicos, estudiantes, militares y expertos del 2 al 14 de este mes. Y visitaron 35 088 hogares de Imbabura. En Ibarra, Antonio Ante, Urcuquí, Pimampiro, Cotacachi y Otavalo encontraron a 6 780 personas con algún tipo de discapacidad, de las cuales 808 fueron calificadas como casos críticos.
La misión solidaria de investigación en Imbabura estuvo conformada por 120 médicos ecuatorianos, 229 de Cuba, 120 militares y 80 estudiantes. Ellos realizaron 18 622 consultas a los familiares de los afectados, 573 visitas de médicos genetistas y 722 visitas de médicos de otras áreas.
Moreno agradeció el apoyo de los gobiernos de Venezuela y Cuba. Ambos países apoyaron este proyecto con 279 toneladas de insumos médicos y equipos como sillas de ruedas, muletas, bastones y más. Una donación valorada en USD 21 millones.
La misión Manuela Espejo empezó en Cotopaxi y continuó por Carchi, Esmeraldas, Sucumbíos e Imbabura. Hasta diciembre, la investigación se habrá aplicado en por lo menos 10 provincias.
Pasado el mediodía, el evento terminó con música. La salida del Vicepresidente era esperada por decenas de personas, entre ellas doña Kity Suárez, quien apenas pudo saludarlo.