El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, no esconde su aparente malestar por el escaso apoyo de Estados Unidos donde congresistas critican los altos índices de violencia e impunidad, las violaciones de los derechos humanos y la militarización de la policía en este país centroamericano.
Los cuestionamientos contra el gobierno estadounidense fueron hechos con mayor intensidad por el presidente Hernández esta semana, al referirse al bloqueo para reparar la flota de 12 aviones F-5E de la fuerza aérea hondureña, donada por Estados Unidos en la década de los 80, a través del Programa de Asistencia Militar, ante el temor de que Nicaragua contara con aviones rusos MIG-21.
La urgencia de reparar los F-5E surgió porque recientemente El Salvador compró a Chile varios aviones A-37 usados, país vecino con el que Honduras tuvo una guerra en 1969 y aún persisten problemas de límites fronterizos.
Los aviones F-5E iban a ser reparados por técnicos de Israel, pero Estados Unidos establece en su legislación que ninguna aeronave o sus componentes pueden salir del territorio al que fue enviado, ya sea en calidad de donación o venta, para evitar que la tecnología sea copiada.
“Funcionarios allá en Estados Unidos amenazan con que no nos van a permitir repotenciar la flota aérea que en algún momento adquirimos de ellos” , dijo Hernández en los actos de ascensos de miembros de la Policía Nacional.
Señaló que los funcionarios del gobierno de Estados Unidos deben ser “claros como el agua” con respecto a Honduras, “o nos están ayudando o no nos van a seguir ayudando, pero es bueno saberlo con claridad” . “Imagínense ustedes, funcionarios allá de Estados Unidos amenazando con que no nos van a permitir repotenciar la flota que en algún momento adquirimos de ellos” . “Nos podrán ver pequeños, nos podrán ver pobres pero somos un pueblo digno que vamos a salir adelante al costo que sea necesario” , expresó.
El gobernante hondureño sostuvo que la reparación de los aviones F-5 es para apoyar la lucha contra el narcotráfico que es el causante en parte de la violencia y delincuencia que impera en el país.
Recalcó que la raíz del tráfico de drogas es el alto consumo en Estados Unidos y la falta de apoyo del gobierno estadounidense para combatir ese mal.
Se quejó porque el único funcionario estadounidense que apoya decididamente al gobierno hondureño en la lucha contra el narcotráfico es el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, general John Kelly, quien en su reciente visita a Honduras dijo que “es impresionante el compromiso y el resultado que Honduras ha logrado en la lucha antidrogas” . Hernández asumió el gobierno en enero de este año y no ha sido recibido por el presidente Barack Obama, sólo es atendido por funcionarios del Departamento de Estado de segunda categoría.
El secretario privado de la Presidencia, Reinaldo Sánchez, afirmó que funcionarios de Estados Unidos están molestos porque en Honduras se aprobó recientemente la Ley de Protección del Espacio Aéreo, que autoriza el derribo de aviones sospechosos de transportar drogas.
El coordinador del Bloque Popular, Carlos Reyes, afirmó que el malestar del presidente Hernández con el “imperio gringo es de compadre hablado, él dice entenderse más con la gente del Pentágono, como el general Kelly, pero lo que se busca es potenciar la militarización en este país, ante una eventual descomposición social por la crisis económica que enfrenta el pueblo hondureño” . “Una posición digna que debería asumir Juan Orlando Hernández es dejar de gastar los pocos recursos y hacer que se respete la soberanía de Honduras, y que el combate al narcotráfico lo asuma Estados Unidos, porque es el principal consumidor de drogas”, añadió.
El pasado 28 de mayo 108 miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, encabezados por la legisladora demócrata por Illinois, Jan Schakowsky, enviaron una carta al secretario de Estado, John Kerry, en la que muestran su preocupación por las violaciones de los derechos humanos y la militarización de la policía en Honduras.