Filipinas, AFP
Hombres armados de un clan de la isla de Mindanao, sur de Filipinas, amenazaron este viernes con matar a decenas de rehenes si la policía intentaba rescatarlos.
Al menos 75 personas, según la policía, fueron secuestradas el jueves por unos quince hombres armados del clan local Ondo que atacaron una escuela en la provincia de Agusan del Sur, en la isla meridional de Mindanao.
Dieciocho de los rehenes, entre ellos 17 escolares y un maestro, quedaron en libertad el jueves después de ocho horas de cautiverio.
El viernes fueron liberados otros diez rehenes, anunció la negociadora, Josefina Bajade.
“Mataré a los rehenes si la policía intenta salvarlos”, declaró a la AFP el jefe de los secuestradores, Ondo Perez, armado con un fusil de asalto.
El jefe de la banda también dio una semana al gobierno para cumplir sus reivindicaciones. Este grupo, que cuenta con unos 15 miembros, exige la suspensión de las acusaciones de asesinato y de las órdenes de detención emitidas contra él, así como el desarme de un clan familiar rival.
Los rehenes se encuentran en una choza abandonada en el claro de una montaña densamente arbolada a unos dos kilómetros de su pueblo.
Al menos 400 policías y militares se encuentran desplegados en la montaña, listos para lanzar un asalto si sus comandantes se lo ordenan, constató un periodista de la AFP .
Según Bajade, el clan Ondo realizó el secuestro para impedir que la policía detuviera a algunos de sus activistas acusados del asesinato de cuatro miembros de un clan rival.
Estos secuestros se producen en medio de una espiral de violencia en el sur de Filipinas, donde las fuerzas gubernamentales luchan contra rebeliones islamista y comunista. En el área abundan también las milicias armadas.
El último episodio más sangriento se remonta al 23 de noviembre, cuando hombres armados a sueldo del gobernador provincial de Maguindanao, en el sur de Mindanao, mataron a 57 civiles, de los que 26 eran mujeres. Esta masacre conmovió al país y motivó la imposición de la ley marcial en una provincia.
Cinco miembros del clan del gobernador Andal Ampatuan Sr, acusado de esta matanza, perpetrada al parecer por rivalidades políticas entre familias, fueron detenidos.
El jueves unos hombres armados atacaron, sin causar víctimas, un convoy que transportaba pruebas relacionadas con la matanza.
El gobierno de la presidenta filipina Gloria Arroyo autorizó al clan Ampatuan disponer de una milicia armada, como parte de su estrategia de lucha contra los separatistas islamistas en el sur del país.
En la misma región, concretamente en la isla de Basilan, fue secuestrado un profesor, afirmó el viernes un responsable local, que atribuye la autoría al grupo islamista Abu Sayaf.
El miércoles se encontró en una bolsa de plástico la cabeza decapitada de un obrero filipino secuestrado en noviembre en la isla de Basilan por Abu Sayaf, que también es sospechoso de haber decapitado a otro docente ese mismo mes.
El grupo Abu Sayaf comete a menudo secuestros de extranjeros y de cristianos por los que pide el pago de rescates. Las autoridades lo acusan de mantener vínculos con organizaciones islamistas como Al Qaeda y la Jamaa Islamiya.