Cuando su padre murió, Ánghelo no pudo despedirse de él. Se encontraba en Argentina para empezar sus estudios en Medicina.
El aluvión del 31 de enero de 2022 cambió su destino, le arrebató a su padre Wilmer Moreira y sus sueños de convertirse en médico.
Wilmer, después de cerrar su local de artículos de limpieza, acudió a la cancha de La Comuna y en cuestión de segundos fue arrastrado por el aluvión, mientras jugaba vóley con sus amigos.
Ánghelo se enteró de la tragedia a través de las redes sociales, cuando ya estaba instalado en su residencia estudiantil en Buenos Aires. Su madre, Irma Tacuri, había empezado las labores de búsqueda sin resultado alguno. Hasta que el martes 1 de febrero, el cuerpo de su padre fue encontrado junto a la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de La Gasca, a un kilómetro de la cancha.
Enterarse de la muerte de su padre le trajo una mezcla de emociones y, sin pensarlo dos veces, hizo sus maletas y retornó al país la mañana del jueves 3 de febrero. En la tarde estaba enterrando a su padre, sin comprender todavía lo que estaba pasando.
Para Ánghelo, desde entonces sus prioridades y sueños cambiaron. Renunció a la Medicina para continuar con el legado de su padre y administrar el comercio.
“Mis papás tenían un auto pequeño y en la cajuela colocaban los productos y nos íbamos a vender en los pueblitos, desde esa época han pasado nueve años”, afirma con el dolor por su pérdida.
Después de dos meses de esta tragedia, Ánghelo ya domina todo lo que un día hizo su padre. En sus ojos se ve la emoción que siente mientras cuenta las actividades que realiza.
Ayuda a su madre a buscar clientes, a empacar productos, llenar facturas y aunque no sabe aún manejar, él acompaña a distribuir los productos a los clientes.
Recuerda a su padre como un hombre trabajador, que siempre estuvo pendiente de su familia, de su negocio. “Me siento orgulloso de ser su hijo, quiero seguir sus pasos y quiero sacar a flote esta empresa, que tanto les costó construir”.
Hoy en día, Ánghelo está a la espera de un cupo para poder ingresar a la universidad y estudiar Administración de Empresas.
El caso de Ánghelo no es el único. El aluvión dejó a 21 niños, niñas y adolescentes en la orfandad. De ellos, una menor perdió a sus dos padres; los otros 20 perdieron a uno de sus progenitores. Así lo dio a conocer Fernando Sánchez, secretario de Inclusión Social del Municipio de Quito, durante una sesión en el Cabildo, el martes pasado.
Cumplir los sueños
En el sector de Cotocollao, en el norte de Quito, vive Nicolás; tiene 9 años y está cursando quinto de básica; quiere convertirse en chef cuando sea grande. Se siente triste porque su padre, quien perdió la vida a causa del aluvión, no podrá ver cómo cumple su sueño.
Para su madre, Lorena Mena, han sido semanas muy duras sin su compañero de vida, con quien procreó dos hijos: Nicolás de 9 años y Cristopher, de 1 año. Su esposo, Luis Miguel Conza, era uno de los 23 socios de la cancha de ecuavóley que fueron arrastrados por la fuerza del agua, lodo y escombros que bajaron por la calle José Berrutieta.
Luis Miguel se caracterizaba por acudir a la cancha todos los días. Estaba desempleado y encontró en el vóley una forma de ingreso para llevar la comida a su hogar, a través de las apuestas que se realizaban en el lugar.
Lo recuerdan como un padre cariñoso, detallista. Pese que su situación económica era crítica, porque también Lorena se encontraba sin empleo, en su hogar se respiraba armonía y amor.
Después de la tragedia, para Lorena su mundo se derrumbó. Su esposo no verá crecer a sus hijos y esa tristeza aún la acompaña. Sin embargo, su familia se convirtió en el pilar fundamental para salir adelante.
Su situación ha ido mejorando con el pasar de los días. Lorena, desde el 1 de abril, pudo conseguir trabajo en una institución municipal.
Desde la Secretaría de Inclusión están analizando caso por caso para determinar la ayuda económica que podrían recibir los menores. Este estipendio mensual puede ser de un Salario Básico y depende de las reglas que establece el Código Municipal. La Secretaría de Inclusión y una comisión que evalúan los casos de los menores prevén emitir un informe hasta finales de este mes de abril.