A los siete días del mes de marzo de 1845, Guayaquil declaraba la razón de su lucha contra un tirano que fungía como Presidente, el general Juan José Flores, que persiguió a la prensa, dictó la Carta de la Esclavitud, Constitución que le permitía perennizarse en el poder y afirmaba “que el don inapreciable de la libertad de imprenta ha sido arrebatado insolentemente por leyes bárbaramente absurdas y neciamente atroces, o por el indecoroso monopolio de las imprentas”.
Un martes 3 de febrero, el noticiero ‘24 horas’, del satanizado Teleamazonas, informaba que el gobierno del coronel Lucio Gutiérrez iba a tomar acciones contra Radio La Luna y se ofició al tristemente célebre Consejo Nacional de Radio y Televisión, Conartel, para que revierta la frecuencia de Radio La Luna 99.3 FM.
El pueblo de Quito salió a las calles a defender la libertad de prensa y se dio la Rebelión de los Forajidos y la caída del Dictócrata.
El Gobierno debe recordar estos sucesos y los ex forajidos que se han acomodado en este Gobierno no lo deben olvidar.
Sería positivo escuchar a Paco Velasco y a los de Ruptura 25, ¿o es que el poder les ha hecho olvidar la lucha popular por la libertad de expresión?