El español está prohibido en el aula, al menos hasta que termine la clase. Una vez que los pequeños ponen un pie en el edificio del Centro Ecuatoriano Norteamericano (CEN), en Guayaquil, el inglés es la única forma de comunicarse.
Robin Cortez se pasea por el salón de Kids. En las bancas, sus alumnos de 10 años se concentran en un ‘quiz’ (prueba).
El CEN ha impartido cursos de inglés durante 63 años. “Antes los adultos y universitarios eran los más interesados, pero en los últimos 10 años aumentó la enseñanza para niños”, explica Johnny González, director del centro. Ese incremento coincidió con reformas curriculares en la educación primaria, que impulsaron la enseñanza del inglés en el país.
Actualmente, el CEN supera los 3 000 estudiantes inscritos. El 40% corresponde a niños. Por eso oferta 15 niveles para niños de 8 a 10 años de edad, y otros ocho para preadolescentes, de 11 a 13 años.
“Al finalizar el curso salen con un nivel intermedio alto, que es el nivel que exige el estado ecuatoriano para un profesor de inglés. Además hacemos pruebas de certificación con la Universidad de Maryland“, recalca el director.
Reforzar el conocimiento del idioma, fuera de las escuelas regulares, es la principal motivación de los padres para demandar cursos en esta y otras academias de Guayaquil. A esto se suman mejores oportunidades universitarias e incluso empleo en el futuro.
La necesidad surge porque Ecuador no registra buenos resultados en relación a otros países. Según el ‘Índice de Eficiencia en Inglés 2013’, de la multinacional Education First, el país ocupa el puesto 48 de 60 países; es decir, reporta un bajo nivel de inglés. Sin embargo, se puntualiza que hay una tendencia de subir de nivel en al menos 2% en relación al 2012.
Joe Soto, docente de Inglés de la Escuela de Lenguas de la U. de Guayaquil, asegura que mientras más temprano se estimule el aprendizaje de otros idiomas, mejores serán los resultados. “Entre los 4 y 5 años es la mejor edad. Neuronalmente hay más predisposición”.
En el aula de miss Denisse Veloz, sus alumnos responden en coro y en inglés. Su grupo tiene entre 6 y 8 años de edad y son parte de un curso vacacional.
En la academia Copei, el instituto de inglés del Colegio Politécnico, se fundó en 1986. Pero desde el 2005 registró un repunte de pequeños estudiantes, por lo que optaron por abrir talleres de la modalidad ‘children’, desde los 6 años.
El asesor académico Tito Hidalgo explica que de los más de 6 000 estudiantes registrados, el 50% corresponde a niños. Ellos asisten a módulos de 47.5 horas de clase, que duran entre tres a cuatro meses.
La profesora Mariuxi Briones agrega que las academias complementan la educación que brindan las escuelas. “En las particulares bilingües no hay problemas, porque reciben más de 15 horas de inglés a la semana. Pero en las públicas no pasan de cinco horas”.
Para mejorar el nivel en este idioma, el Ministerio de Educación ejecuta algunos avances. Hace tres años evaluaron a los docentes de inglés y los resultados no fueron los mejores. Por eso, 500 maestros fueron capacitados en la Universidad de Kansas y están insertos en el sistema público de educación.
Actualmente, 200 docentes se preparan en el exterior. La meta es llegar a 5 000 capacitados dentro del programa ‘Go Teacher’. El Ministerio calcula que para el 2017 se necesitarán al menos 7 000 docentes.
En 1951 se estableció el Centro Ecuatoriano Norteamericano (Guayaquil). Los cursos de inglés para adultos y universiatrios eran su fuerte. Pero en los últimos 10 años, esta y otros academias privadas, empezaron a dar clases para niños.