Los buses urbanos registran una reducción de pasajeros de 40% por la pandemia. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
El alza gradual del diésel representa un recargo de más de USD 300 mensuales en el gasto por cada bus urbano de Guayaquil, según un análisis del gremio de la transportación pública de la ciudad.
El valor pasó de USD 1 a 1,37, un incremento del 37%, entre mayo de 2020 y este mes. El Gobierno estableció una banda de precios que hacía que el precio del diésel se ajustara 5% al alza o a la baja, según la evolución del precio del crudo.
Debido al impacto en el transporte pesado y de buses de servicio público, ajustó en febrero la fórmula. Con ello, la variación ahora es 3% al mes.
La Federación de Transportistas Urbanos del Guayas (Fetug) le suma a eso que el servicio tiene un déficit de 40% de usuarios por la pandemia. Por eso, la propuesta es que se apruebe una compensación tarifaria para seguir operando en el horario habitual en la urbe.
La ciudad sufrió una paralización parcial del servicio el pasado 8 de febrero, con la reducción nocturna de unidades desde las 18:00. Según los transportistas, a esa hora se agotan los galones de combustible con los que antes laboraban hasta las 23:00.
Tras el reclamo se conformó una mesa de trabajo en la que participan 60 cooperativas agremiadas a la Fetug y la dirección de transporte público de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM). De ahí saldrá un informe técnico y operativo para la posible revisión del valor del pasaje, que actualmente es de USD 0,30.
La ATM informó que en las próximas semanas se espera elaborar un documento final con una propuesta que será presentada para su discusión al Concejo Cantonal de Guayaquil. Aunque el alza del combustible es responsabilidad del Gobierno, la competencia para fijar la tarifa de transporte le corresponde al Municipio.
En el acopio de información, las cooperativas de transporte urbano deben completar formularios en los que se justifiquen sus costos operacionales, el impacto del diésel y los volúmenes de usuarios por ruta.
“La idea es poder poner sobre la mesa los problemas que aquejan al gremio, pero fundamentalmente resolverlos con el objetivo de mejorar las condiciones del servicio al ciudadano”, explicó Vicente Taiano, gerente general de la ATM.
El funcionario señaló que la idea del estudio es evaluar el impacto real del alza del diésel en la operación y ofrecer alternativas para optimizar el servicio, sin que necesariamente se refleje en un alza del pasaje.
“Esto no pasa solo por un alza tarifaria porque el problema está creado en el combustible y la respuesta directa está en un subsidio focalizado o que el Gobierno genere algún mecanismo compensatorio”, dijo Taiano. Y recordó que la paralización del servicio es ilegal y está sujeta a sanciones.
Christian Sarmiento, presidente de la Fetug, indicó que los dueños de 2 700 buses de transporte de la ciudad han venido asumiendo costos operativos extras, de entre USD 10 y USD 12 por unidad cada día, debido al alza del combustible.
La situación se hace insostenible -dijo- teniendo en cuenta la reducción de pasajeros y el aforo controlado de 50% de la capacidad por unidad. Solicitan una compensación con un esquema de tarifa técnica que garantice la operación.
La tarifa urbana de USD 0,30 centavos está vigente desde octubre del 2019, aprobada por el Cabildo. El gremio cree que un valor real sería USD 0,60.
Sarmiendo señala el compromiso del gremio es realizar mejoras en el servicio a los usuarios, del propio sistema de transportación y “someterse a sistemas de control de tránsito por parte de la autoridad”.
La medida de reducir parcialmente el servicio está suspendida mientras trabaja la mesa técnica. El gremio no la descarta si no hay soluciones.
La Fetug estima que el levantamiento del estudio técnico contratado por el Municipio tomará al menos seis semanas. El despacho de buses se realiza a mayores intervalos para limitar en algo las pérdidas, reconoció el presidente del gremio.