La Habana. AFP
El Gobierno cubano rechazó ayer un retorno a la Organización de Estados Americanos (OEA) pese al levantamiento de la exclusión que mantuvo contra la isla comunista por 47 años, lo cual calificó como una gran victoria.
47 años vivió la isla
socialista fuera de la OEA y
ahora ya no le interesa volver
“Es una gran victoria para los pueblos de América Latina y del Caribe y también para el pueblo de Cuba. Pero lo que ha ocurrido no modifica en nada lo que Cuba pensaba ayer, antier y hoy”, declaró a la prensa el jefe del Parlamento, Ricardo Alarcón, en la primera reacción oficial de La Habana.
En su Asamblea General en Honduras, la OEA anuló el miércoles por consenso, incluido Estados Unidos, la resolución que en 1962 suspendió a Cuba del organismo por su régimen marxista-leninista. Con esta decisión se abrió la vía a su reingreso, si lo solicita y si se adhiere a los principios del foro.
La decisión “pone fin a una injusticia y a un atavismo prehistórico. Esa resolución es una lástima que la hayan derogado, porque realmente hay interés de guardarla en los museos de arqueología”, manifestó.
“Que América Latina y el Caribe hayan logrado persuadir a otros a que acepten que el mundo ha cambiado, francamente no debería ser una cosa de gran emoción. Pero, desgraciadamente, la historia de este continente ha sido tal, que lograr eso es realmente una victoria muy importante”, agregó.
Consultado por la prensa, Alarcón dijo desconocer la razón por la cual el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo esperar que el acuerdo adoptado en Honduras pueda contribuir al fin del embargo que aplica Washington contra Cuba desde 1962.
Tanto el presidente cubano Raúl Castro como su hermano, el máximo líder de la revolución, Fidel Castro, han descartado en reiteradas ocasiones un regreso a la OEA por considerar la organización un “instrumento” de Washington.
Fidel Castro, alejado del poder desde hace tres años por una crisis de salud, ha dedicado varias de sus columnas de prensa a la OEA. En la última de ellas, del miércoles, llamó a esa organización “caballo de Troya y cómplice de Estados Unidos”.