Redacción Quito
La gimnasia espiritual sirve para combatir el frío de la mañana en el parque Eugenio Espejo, en La Kennedy, en el norte de la urbe. Un grupo de personas asiste de lunes a sábado a este sitio. Un pedazo de tela morada sirve para hacer este tipo de ejercicios.
La actividad empieza desde las 07:00 y se realiza desde hace cuatro años. Emma Huang, de 53 años, es la instructora, ella aprendió técnicas de ejercicios espirituales en su país de origen, Taiwán. “No me gusta la publicidad, yo doy clases porque quiero ayudar a la gente”. Aunque su español no es fluido, Huang logra que las personas la entiendan.
Los asistentes, en su mayoría, son mujeres. Cada persona ya conoce cuáles son las rutinas que se realizan a diario. Huang dirige contando cinco tiempos en mandarín, su idioma natal.
A las 07:10 de ayer, Elena Recalde tomó un megáfono y organizó a las 150 personas que asisten de lunes a sábado. Olga de Guarderas, de 45 años, llegó desde el sector de La Rumiñahui. “Aunque me queda lejos, no he visto mejores resultados en la enfermedad que padezco. ¡Es un milagro!”.
Varias asistentes comparten ese sentimiento y cuentan sus anécdotas sobre el efecto que causan los ejercicios que propone Huang. Carmen de Vallejo vive en La Kennedy. Ella sale de su hogar a las 06:00 y camina por el parque Eugenio Espejo hasta que empiecen las clases.
La gimnasia que practica Huang es denominada ‘renacer primaveral’. Es una propuesta diferente para cada día. Los días lunes y martes practican ejercicios para mejorar la circulación sanguínea, lo días miércoles y viernes realizan terapia linfática y los días jueves y sábados los reservan para evocar a buenas energías.
Lo que más llama la atención para los asistentes a la gimnasia es la bondad y carisma que tiene Huang. Las clases en el parque son gratuitas. La instructora recibe a sus alumnas con alegría y a pesar de no poder comunicarse bien les ayuda a tomar la postura correcta para cada clase.
A pesar de que Huang no hace propaganda de sus servicios, son las mismas asistentes las que se han encargado a manera de testimonio de llamar a otras personas. “Al principio era solo ella con unas 20 personas, pero al ver los buenos resultados se corrió la voz”, recordó Elena Recalde.
A las 08:00 las clases llegan a su fin, Huang suele llevar alimentos hechos de soya para vender a sus alumnos. Lo primero en expender se es el té para calmar la sed. A pesar de ser ejercicios en los cuales no se cargan pesas o se sigue un ritmo como en los aeróbicos, el esfuerzo que demandan es igual.
Huang propone ayudar a mejorar la salud de personas adultas que van al parque, “son ejercicios destinados para lugares específicos del cuerpo”.
Los ejercicios
Se practican tres tipos ejercicios: los linfáticos, los energéticos y los de la circulación.
Las clases se dictan de lunes de jueves de 07:00 a 08:00, en el Parque Eugenio Espejo, ubicado en las calles Isaac Barrera y Gustavo Vallejo.
Emma Huang vende galletas, chifles, leche y otros alimentos de soya hechos por ella. Los costos van desde USD 1 hasta 3.