La reelección del presidente de Francia, Emmanuel Macron, el domingo pasado, es un paso más en la superación de la dicotomía izquierda-derecha que se ha vivido en ese país. Un hombre de centro, irónicamente poco apreciado, ganó con el 58% de los votos sobre la ultraderechista Marine Le Pen, que obtuvo, lógicamente, el 42%.
Pareciera un gran margen de diferencia, pero no lo es si se mira el crecimiento de Le Pen, quien es al fin de cuentas una sucedánea de lo que fue su padre, Jean-Marie Le Pen, presidente del Frente Nacional. Marine pertenece a Agrupación Nacional, un cambio que pretendió suavizar el término ‘frente’.
Jean-Marie, quien fue un candidato sin mayor repercusión en los años 70, 80 y 90, en 2002 quedó segundo en la primera vuelta, con el 16,85% de los votos, detrás de Jaques Chirac (neogaullista), con 19,88%. Fue tanta la conmoción que un ultranacionalista llegara a la segunda vuelta, que la población se volcó a las urnas para dar el triunfo definitivo a Chirac, con un abrumador 82% .
Esta segunda vuelta fue una reedición de la que se dio en 2017 (63%-27% a favor de Macron). Los dos, se colige, marcan el nuevo panorama político francés. Los partidos tradicionales han perdido su espacio, como ha sucedido en casi todo el mundo. Ahora hay tres tendencias marcadas en Francia: la izquierda radical, de Jean-Luc Mélenchon; el centro o moderados, de Emmanuel Macron, y la extrema derecha, de Marine Le Pen.
El crecimiento sostenido de Agrupación Nacional es notorio y para muchos, preocupante; sobre todo en la Unión Europea y Estados Unidos, sus aliados. La derrota del actual Mandatario habría sido un problema para la integración continental, tanto en la UE como en la OTAN. Macron es un entusiasta del europeísmo. Le Pen, en cambio, está más cerca del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y del presidente de Rusia, Vladimir Putin, que de la UE. Una victoria de ella permitía especular su caída -si no su colapso- de la comunidad europea, incluso a pesar de haber descartado una versión francesa del Brexit. ¿A dónde irá Francia luego de estos cinco años de Macron?